“Nos ha sacado con armas de fuego. Han querido romper las puertas. Llegaron con 8 movilidades que supuestamente eran de la policía. Invadieron mi domicilio privado. Nos sacaron y nadie sabe por qué delito nos han traído” fueron las palabras de Patricia Arce, ex alcaldesa del municipio de Vinto, luego de que la policía boliviana irrumpiera en su domicilio, bajo las órdenes de la presidenta de facto Jeanine Áñez, durante la noche del 21 de abril del corriente año.

 Arce fue candidata por el Movimiento al Socialismo (MAS), y en noviembre del 2019, luego del levantamiento de policías y militares que desembocó en el golpe de Estado y suspensión de los derechos y las garantías constitucionales, fue secuestrada y tomada de rehén por las fuerzas de seguridad, que formaron en varias ciudades que la golpearon y humillaron, le echaron pintura roja en el cuerpo, le cortaron el pelo y la expusieron en los medios.

Hoy, la realidad es otra. Luego de la victoria de Luis Arce como candidato a presidente del MAS, partido que conduce Evo Morales desde Argentina, Patricia fue electa senadora por Cochabamba, a casi un año del golpe de Estado que sacudió al pueblo boliviano.

La historia de Arce es un vivo ejemplo de Latinoamérica, un continente que supo formar una Patria Grande, ser golpeado por la derecha y ahora, volver a emprender un camino de unidad en donde prime la democracia y la soberanía.

Fuente: Datadiario