Delegados y trabajadores del Hospital Pediátrico Garrahan expresaron que “es una incógnita” saber “hasta cuándo puede seguir el normal funcionamiento” de la institución debido a que el presupuesto asignado para este año es el mismo nominal que en 2023, y advirtieron sobre la falta de instrumentos para tratamientos de insumos oncológicos. 

Alejandro Lipcovich, secretario general ATE y administrativo del Hospital Garrahan, expresó a Sómos Télam que “es evidente que no hay ninguna posibilidad de que el hospital sostenga su funcionamiento con un recorte presupuestario de tamaño a magnitud”. 

El último balance de gestión 2023 del centro pediátrico detalló que al mes de diciembre se realizaron 671.205 consultas ambulatorias, 10.430 cirugías, 122 trasplantes, 30.000 teleconsultas y 2.491.363 determinaciones de laboratorio.

Además, proyectó que para el 2024, el saldo financiero al 10 de diciembre de 2023, es de 17.500 millones de pesos.

El secretario general advirtió: “Hasta cuándo puede seguir su normal funcionamiento es una incógnita. El recorte de presupuestos públicos es generalizado en salud y en educación, y eso compromete el funcionamiento del hospital”.

Sobre este último punto, contó que “ya se está empezando a sentir en cosas sensibles como insumos que no están”.

“En el área de oncología, la semana pasada, las enfermeras denunciaron faltantes de unas sondas especiales que se utilizan en el tratamiento de niñas y niños con cáncer que concurren al hospital de día”, manifestó.

“Esto es incipiente” agregó y advirtió que “todo indica que se va a profundizar esta situación lejos de disminuir”.

Otro aspecto fundamental es la cuestión de la dotación de personal, según detalló Lipcovich, en el hospital se está implementando a partir del 1 de abril una modificación en el sistema de módulos.

“El problema es que se van a recortar enormemente las horas disponibles para hacer con un tope mensual y anual. Y de ninguna manera va a reemplazar ese trabajo con ingreso de personal, que es lo que correspondería”, añadió. 

Y sentenció que “en algunas semanas o a lo sumo en un par de meses, se va a empezar a sentir un faltante de personal en las salas, lo que va a ser dramático”.

Para Lipcovich, estos factores van a influir en los pacientes y en las salas de internación ya que, en cualquier tipo de tratamiento, si la dotación de personal es menor, la calidad de atención necesariamente se resiente y, si hay faltante de insumos o son peores por el recorte de presupuesto, la calidad de atención también se verá afectada. 

“Como Junta Interna de ATE, rechazamos de plano esta situación y reclamamos que se actualice el presupuesto, en defensa de las condiciones de vida de las y los rabajadores, y en defensa del hospital público y de su calidad de atención, dijo.

Por último, señaló que se está aplicando un “ajuste criminal generalizado y también somos parte de la lucha contra los despidos en el Estado, contra el cierre de Télam, contra toda esta ofensiva que, bueno, pensamos que nos tiene que encontrar muy unidos para defender el trabajo, el salario, la salud y la educación”.