El andar de River en la presente Liga Profesional expone que posiciona en lo más alto de todo pero en el medio debió superar millones de obstáculos. El que se roba todas las miradas son las continuas lesiones que se registran semana tras semana. «Se realizó estudios«, expresa el parte que llega desde Uruguay y que tiene como protagonista a Julián Álvarez, la gran figura del equipo. ¿Qué pasó? Tuvo que abandonar la concentración de la Argentina de urgencia.

El joven delantero que nació en la provincia de Córdoba es la sensación del fútbol argentino, debido a que se encuentra en un nivel superlativo. A razón de que en 20 fechas disputadas, se ubica en lo más alto de todo de la tabla de goleadores con 15 gritos sagrados. En sus festejos se destacan los dos goles a Boca, los tres a San Lorenzo y los cuatro que le convirtió a Patronato de Paraná.

Sin embargo, Álvarez parece que no puede escaparse de la mala suerte que rodea a las instalaciones de River Camp. Ya que hace minutos se confirmó que se realizó estudios médicos en Uruguay, específicamente una resonancia magnética por un dolor en el pubis. En un principio no se encontró nada, no hay rastros de lesión pero su presencia está en duda en el banco de Argentina.

Por otro lado, esta noticia generó cierto asombro en el cuerpo técnico de Marcelo Gallardo. A razón de que el jugador se marchó de River sin ningún tipo de molestia. Además, es fundamental resaltar que a lo largo de la semana se entrenó con normalidad, nunca estuvo marginado de los ensayos generales. Ya que los únicos diferenciados fueron Lionel Messi y Leandro Paredes.

En resumen, se deberá dejar pasar las horas para confirmar qué fue lo que sucedió entre la tarde del jueves y la mañana del viernes. Lo más importante se podrá apreciar cuando los equipos salgan al campo de juego. Porque allí se determinará si Julián Álvarez formará parte del banco de los suplentes, o tendrá que ver a sus compañeros de algún palco del Campeón del Siglo.

Julián Álvarez abandonó la concentración de Argentina y en River se agarran la cabeza

Fuente: El Intransigente