El ingeniero Justo Pastor Romero declaró que la gestión de Javier Iguacel produjo "ruina de obra", paralizando avances hasta su deterioro total, generando un perjuicio millonario para el Estado. También aseguró que, como el resultado de su auditoría no fue el que quería Iguacel, se contrató a la consultora privada Consulbaires. "Tampoco encontraron irregularidades. Pero ni siquiera llevaron personal al Sur, todo lo hizo el personal de Vialidad. Lo único que hizo Consulbaires fue facturar 500.000 pesos”, aclaró. 

“Los desajustes de certificados de obra, es decir entre lo construido y lo pagado, apenas fueron del 0,006 por ciento. Las obras se hicieron a valores normales e incluso una parte se hizo por debajo de los valores que se utilizaron en otras jurisdicciones del país”, declaró Romero en el juicio por la obra pública en Santa Cruz.

El testimonio del profesional, pedido también por la fiscalía, fue demoledor para la acusación, al punto que la audiencia orilló el escándalo cuando el fiscal Diego Luciani --nervioso desde tiempo atrás-- acusó a Pastor Romero de ser un testigo preparado por las defensas, lo que derivó en un fuerte enfrentamiento con los abogados defensores.

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