Tras la última disparada de los dólares financieros, el ministro de Economía, Sergio Massa, tiene como una de sus prioridades cuidar las reservas y evitar un drenaje luego de cumplir con la meta del FMI y superar la cifra final de 2021. Por eso, está embarcado en dos nuevas apuestas. Primero, este lunes, con la primera visita oficial de Luiz Inácio Lula da Silva como nuevo presidente brasileño, se anunciará un acuerdo entre el Banco Nación y el Banco do Brasil para prefinanciar la balanza comercial y así seguir impulsando el intercambio sin exponerse a una salida incontrolable de divisas. Y, segundo, según pudo saber El Destape, el Gobierno tiene avanzada las negociaciones con tres bancos y un fondo de Asia, Estados Unidos y Europa un REPO para reforzar las arcas del Banco Central.

Pese a las dificultades económicas de 2022, la autoridad monetaria que conduce Miguel Pesce logró acumular reservas en diciembre 1.987 millones de dólares y, a lo largo del año sumó 5824 millones. Cumplió la meta impuesta en el acuerdo para hacer frente con la enorme deuda que el anterior Gobierno de Mauricio Macri tomó con el FMI y, además, superó en 300 millones de dólares la cifra de fin de 2021.

Pese a esto, la cantidad de divisas sigue siendo clave para la estabilidad económica y el plan que impulsa Massa en este último año de mandato. Por eso, ya prepara dos nuevas iniciativas claves.

Más integración como parte de la solución

El Gobierno de Alberto Fernández tenía mucha expectativa en la vuelta al poder de Lula en el país y nunca lo escondió. La razón se espera que se vea plasmada este lunes en los acuerdos que firmen los dos países en la primera visita oficial al extranjero que el flamante presidente hará. Se profundizará la cooperación en muchas áreas, pero a Massa había algunos proyectos económicos que le interesaban en particular. Uno de ellos es el que firmará el Banco Nación con el Banco do Brasil para generar un marco que permita aumentar el intercambio comercial sin poner en peligro las reservas de ambos países. 

Según pudo saber El Destape, se trata de un esquema de financiamiento del comercio exterior con una compensación a 180 días, mientras se avanza en la discusión de una moneda única para comercial y así escapar a la obligación de usar el dólar como medio de cambio. Se prefinanciarían las importaciones en reales para evitar el uso de reservas y a los seis meses se analizaría y pagaría el saldo de la balanza comercial bilateral.

Pese a un repunte en noviembre pasado, el año terminó con superávit a favor de Brasil de 2.250 millones de dólares. Este resultado contrastó los dos años anteriores, cuando Argentina había terminado con un superávit a favor suyo, un giro que había roto con la tradicional relación deficitaria que existía desde 2004, al menos. Sin embargo, déficit comercial de 2022 es sustancialmente menor que el que solía repetir entre 2004 y 2018, que promediaba los 3.500 millones de dólares. Una de las razones podría ser porque el país registró el pico de sus exportaciones en los últimos ocho años.

Un REPO con bancos extranjeros

La otra gran apuesta de Massa para proteger las reservas en los próximos meses es sellar un REPO con cuatro entidades financieras de tres diferentes continentes. La propuesta que se está negociando, según pudo saber El Destape, es conseguir divisas utilizando como garantías títulos públicos. El esquema sería de dos por uno: por cada dólar que el Estado argentino recibiría, se entregarían dos dólares en títulos públicos, cuya cotización depende del riesgo país, un indicador sobre el que el Gobierno viene poniendo el ojo y que cayó desde su pico de 2.975 a mediados del año pasado a apenas por encima de 1700 esta semana que termina. 

Aún no se sabe cuál sería el monto final de este posible REPO, pero el año pasado, en julio, cuando corrió fuerte la versión de que Massa estaba negociando esta posibilidad con bancos extranjeros, la cifra que circulaba era de 2.500 millones de dólares. En ese momento, una de las principales críticas a esa negociación fue que parte de esas divisas se iba a utilizar para recomprar deuda, un proceso que el Ministerio de Economía ya comenzó con una partida de 300 millones de dólares y prometió otros 700 millones. 

En esta nueva negociación, que está avanzada según supo este portal y podría tener resultados concretos en los próximos meses, el Gobierno ya no habla solo con entidades estadounidenses y europeas, sino que sumó un banco asiático. En total, sería este último, más un banco de Nueva York, otro de Europa y un fondo importante de Estados Unidos. 

Fuente: El Destape