El Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE), que encabeza Walter Martello, finalizó la auditoría realizada a la empresa Edesur y ahora el Gobierno espera la respuesta de la distribuidora. Uno de los puntos críticos del documento, de más de 200 páginas, hace referencia a la falta de inversiones.

La auditoría realizada por el ENRE afirma: “El desempeño de la distribuidora, en el verano 2022-23, volvió a exponer el atraso estructural por la falta de inversiones y de rediseño de las instalaciones”. Además, agrega que la situación es crítica: “Este problema es de tal magnitud que no es reversible en el corto ni mediano plazo dado que, ni la empresa, ni el mercado cuentan con la capacidad técnica para cumplirlo en un breve período de tiempo”.

En el documento figura un gráfico de barras con el cronograma de necesidades de inversiones y lo que efectivamente se desembolsó. Desde el 2018 hasta hoy, nunca las inversiones de la distribuidora superaron las inversiones necesarias en el período 2019-2023.

De hecho, una de las conclusiones de la auditoría asegura: “El gráfico demuestra que la concesionaria dispuso de recursos financieros necesarios para cumplir con las obligaciones pautadas en la RTI. Sin embargo, las condiciones prestacionales no se cumplieron y hubo desinversión”.

Según la investigación, las consecuencias de la desinversión fueron: más del 60% del equipamiento es anterior a 1980, sufre de sobrecargas, falta de mantenimiento preventivo y obsolescencia temporal, que se observa en subestaciones, transformadoras, interruptores, cables y protecciones. Además, el ENRE asegura que las instalaciones son inadecuadas para afrontar el servicio en las condiciones exigidas (saturación/carga) y hubo una disminución en la cantidad de cuadrillas para restablecer el servicio.

Las consecuencias fueron visibilizadas durante el último verano, con miles de cortes en Capital y el Gran Buenos Aires. Para el ENRE, la gravedad de los resultados de la auditoría llevó al “incumplimiento de las obligaciones sustanciales del Contrato de Concesión”. Ahora es la empresa la que tiene que presentar una respuesta, y la decisión final depende del Poder Ejecutivo, en este caso, la Secretaría de Energía, que depende del Ministerio de Economía, que encabeza Sergio Massa.

En el mercado eléctrico, los expertos explican que a la falta de inversiones y actualizaciones se suma la antigüedad de la red y el aumento de la demanda, debido a que la ciudad se inició desde el sur y hacia el centro, por lo que las instalaciones más antiguas se encuentran en la zona que opera Edesur. Eso explica en parte por qué, aun con tarifas pisadas durante años para ambas distribuidoras, se produzcan 6 cortes en Edesur contra uno de Edenor.

En el mercado destacan que la red subterránea de alta tensión se encuentra desactualizada, e inclusive se siguen utilizando cables OF (enfriados por aceite), instalados por Agua y Energía, organismo previo a la estatal Segba. Se estima que solo en la red de Edesur hay casi 900 kilómetros de estos cables que se vienen reemplazando a un ritmo de 4 kilómetros por año.

Se estima que la facturación mensual ronda los $15.000.000, ingresos con los cuales debe abastecer a 2,5 millones de clientes, en una zona de concesión de 33.000 km2. Según los datos de Edesur, que son públicos dado que cotiza en la bolsa, el último balance da cuenta que la empresa tuvo inversiones por $30.950 millones, lo cual significó una caída en términos reales de 17,6%, debido a la inflación. La ganancia fue de $35.781 millones, lo cual significó un resultado positivo después de 2 años.

En este contexto, Edesur se encuentra en venta. La distribuidora pertenece a la multinacional italiana Enel, interesada en quedarse en Argentina solo en el negocio de la generación.


Fuente: Àmbito