Hace más de una década que Yésica Watson vive una innumerable cantidad de experiencias paranormales en el Teatro Español de Magdalena, pero sin dudas hay una que tiene a flor de piel.

En 2005, mientras la actriz estaba en una clase de teatro arriba del escenario con otros cuatro compañeros, comenzaron a escuchar golpes y nadie sabía de dónde venían.

Viviana, la profesora, les dijo que no se preocupen, que era un lugar viejo y que no se podía frenar cada vez que había un ruido.

Ni bien terminó de decir esto, se levantaron todos los asientos de las butacas ubicadas en la primera fila, justo frente al escenario.

“El fantasma nos dijo ‘estoy acá’”, comentó Yésica en diálogo con TN. En ese instante se quedaron todos perplejos, sin creer lo que acababan de vivir. El shock era tan grande que solo atinaron a mirarse. “Nos quedamos helados”, recordó.

No era la primera vez que ocurría una experiencia paranormal dentro del teatro -que tiene capacidad para 300 espectadores-, pero esta indudablemente marcó un antes y un después. Mientras no salían del asombro, le pusieron un nombre al fantasma, como una forma de descomprimir la situación.

“Benito” lo llamaron, y así se lo conoce hasta el día de hoy. Sin embargo, la historia del aterrador momento que se vivió en plena clase no terminó ahí.

Semanas después, la misma docente estaba por cerrar la puerta de entrada a la sala del teatro, cerca de las 21. En aquel entonces había dos aberturas donde se pasaba una cadena y luego se colocaba un candado.

Cuando la apoyó en uno de los orificios para agarrarla desde el otro hueco, alguien desde adentro tiró con toda su fuerza y la cadena -que era muy pesada- terminó en el suelo. Esta fue la gota que rebalsó el vaso. La profesora nunca más volvió a ir al teatro.

Con el tiempo, los trabajadores aceptaron a “Benito” como si fuera alguien más. Es por ello que nunca llamaron a un sacerdote para que vaya a bendecir o quitar las malas energías.

El Español está en el pequeño pueblo de Magdalena, a 50 kilómetros de La Plata. Nadie sabe qué había antes de su existencia. Los documentos oficiales están ocultos y jamás se pudo acceder a ellos.

Lo que sí está claro es que el fantasma deambula por los pasillos todos los días. Intentan tomarlo como si fuera un guardián, aunque sus frecuentes apariciones les generan terror.

Fuente: TN.com.ar