La Policía Bonaerense y el crimen de los rugbiers: ¿por qué nadie salvó a Báez Sosa mientras lo mataban?

El 18 de enero de 2020, ningún efectivo estuvo presente en la cuadra de la disco Le Brique mientras los rugbiers atacaban a su víctima a patadas en el cráneo. El argumento oficial en medio del Operativo Sol

Exhibición atroz: los rugbiers golpean a Báez Sosa con total impunidad.

A comienzos de 2020, la Secretaría de Seguridad de Villa Gesell anunció la llegada de los refuerzos del Operativo Sol de la Policía Bonaerense para custodiar la zona durante temporada de verano. Más de 400 efectivos que habían llegado entre Navidad y Año Nuevo, con la promesa de 17 móviles, entre ellos tres autos cero kilómetro. El despliegue anunciado fue aún mayor, se habló de 650 policías en total, con patrulleros y parejas montadas a caballo para ir por los bosques y las dunas.

Luego del taxista Acevedo, comienza a declarar Virginia Pérez Antonelli, la joven que le practicó RCP a Báez Sosa e intentó salvarle la vida.

“Vi un chico tirado en el piso y me acerqué. Un chico de mi edad estaba arrodillado al lado de Fernando preguntando si alguien sabía hacer RCP. Como yo había hecho un curso en la Cruz Roja me acerqué con otro chico, un civil, y le tomé el pulso. Como no tenía, le empezamos a practicar. El chico se fue, pero llegaron dos o tres policías. Como hacer RCP cansa mucho y yo soy muy menudita, yo los iba instruyendo con mi voz para que lo hicieran ellos. Mientras tanto, yo le sostenía la cabeza a Fernando y le decía que por favor se quede conmigo”, afirmó.

Después, siempre según su relato, llegaron los bomberos. Le preguntaron si era enfermera y ella dijo que no, pero que sabía hacer primeros auxilios. “Ahí le aplican un desfibrilador y le hacen electro shock. Minutos después llega la ambulancia y se lo llevan”, asegura.

Tras su relato, el proceso pasa a otro cuarto intermedio.

“A Fernando lo sacaron del boliche de buen modo, él quería volver a ingresar, pero el patovica se negó. Entonces cruzó la calle. Lo vi tomando un helado, mientras sacaban a otros chicos que estaban exaltados. Había uno de camisa oscura, que estaba muy fuera de sí. Al principio se quedaron sobre la vereda. Fueron camino a la Avenida Buenos Aires, pero no llegaron. Volvieron y fueron derecho a Fernando y a otros chicos que estaban ahí. Recuerdo que empiezan a pegarle sin mediar palabra, le decían: ‘Negro de mierda’, un montón de barbaridades”, contó.

El testigo indica que pudo ver cómo dos personas que intentaron intervenir (“No sé si eran amigos de Fernando”) también fueron golpeados. Sobre la víctima dijo: “Se sentía que la persona estaba inconsciente o que no podía ni siquiera defenderse. Era como que quería pedir ayuda, pero no podía. Un chico de camisa blanca le pegó tres o cuatro piñas a Fernando y después un chico de camisa oscura le pegó patadas”.

Por las descripciones que realizó, estas últimas personas serían Matías Benicelli y Máximo Thomsen.

“Yo me encontraba en Beerland, el restaurante que estaba al lado de Le Brique, me acerqué a saludar a uno de los patovicas, Chiqui Muñoz. y justo interceptó el momento en que sacaban a ambos grupos”, declaró. Ella, al igual que manifestaron los patovicas y a lo que se vio en los videos, dijo que a Fernando y a los amigos los sacaron por la puerta principal y a los acusados por la de servicio.

En su relato, refirió que pudo ver cómo “le pegaban a Fernando por atrás y atacaban a los amigos que fueron los que intentaron defenderlo”. Consultada sobre si recuerda a quién le pega por atrás, Tatiana Caro asegura que era “robusto”.

Luego, indica que ese ataque a traición fue cometido por Lucas Pertossi. Aseguró que uno de los imputados dijo: “Quedate tranquilo que a este negro de mierda me lo voy a llevar de trofeo”. Indicó el apellido “Pertossi” de vuelta, pero sin puntualizar cuál de los tres.

El joven fue testigo ocular del ataque. Al comenzar su testimonio, se quebró en llanto y apuntó fuertemente contra Máximo Thomsen.

Tomás estuvo la noche del 18 de enero en Le Brique con un amigo. Manifestó que en el boliche “hacía mucho calor”, que “había mucha gente y poco oxígeno” y que por eso decidió retirarse. También sostuvo que presencio la pelea dentro de la pista e hizo referencia a “un chico que tenía mucha fuerza que tuvieron que sacar entre dos o tres guardias de seguridad”. Al salir del local bailable el testigo presenció la golpiza. “A Fernando le pegaban entre cuatro. A un chico que se quiso meter y le pegaron una piña”, dijo.

Al ser consultado sobre quiénes golpearon a Fernando, complicó a Máximo Thomsen. “Le estaba pegando al chico que después falleció y recuerdo que hacia el final le pegó dos patadas en la cabeza. Desde donde yo lo veía eran como puntinazos. Después lo agarró de la cabeza y le volció a dar dos o tres patadas”.

Luego, incluyó a Ciro Pertossi en el relato.

En la rueda de reconocimiento en 2020, Bidonde reconoció a Ciro Pertossi como uno de los que golpearon a Fernando en el costado izquierdo del torso cuando ya estaba en el piso. Desde que comenzó el juicio, es la primera vez que uno de los testigos nombra a Ciro como uno de los agresores. También reconoció a Lucas Pertossi como otro de los golpeadores de Fernando. Aseguró que Matías Benicelli y Ayrton Viollaz atacaron a uno de los amigos de Báez Sosa para evitar que lo salven.

Tomás Bidonde, testigo del hecho (Ezequiel Acuña)

También, refirió que después de la pelea se fueron del lugar del hecho: “Caminaron, frenaron en un techo, abajo de un restorán, un café y se dieron vuelta, pasó un tiempo y se fueron”. El momento, que ocurre en el restaurant Cipriani, fue filmado por una cámara de seguridad. Luego, varios videos fueron proyectados, Bidonde reconoció a los acusados en las imágenes.

Consultado sobre su en la golpiza podía detectar algún “líder”, Bidonde señalo nuevamente a Thomsen y la “agresividad con la que le patéo la cabeza al chico la cabeza”. “Era muy musculoso. Pateó mucho. Eso yo lo siento como un líder: iba al frente, pegaba”. La querella le pide que precise cómo eran los “puntinazos”. El testigo dijo: “Como cuando petás una pelota de fútbol con la punta de los dedos”.

El testigo refiere que después del hecho no quiso quedarse en Villa Gesell. “Fui a buscar a mi mamá a Pinamar y me volví. Ver eso, y todo lo de después: que la ambulancia no llegaba… Me puso mal”.

En la sala, solo llevan barbijos Silvino Báez, paciente de riesgo tras recibir un transplante, y dos familiares de los rugbiers: Sergio Viollaz, padre de Ayrton y Mónica Zárate, la madre de Matías Benicelli.

Los rugbiers ingresaron rodeados de la custodia de rigor del SPB a la sala del Tribunal N°1. Al contrario de las audiencias anteriores, donde cubrían rigurosamente su cara, los ocho acusados se mostraron sin barbijo.

El uso de cubrebocas fue un requerimiento de los jueces al inicio del proceso. Se distribuyeron gratuitamente en la primera jornada a los presentes, de cara al reciente aumento en los casos de COVID. Ayrton Viollaz y Máximo Thomsen se los bajaron en repetidas ocasiones en las audiencias anteriores.

Algunos padres de los acusados que se hicieron presentes en audiencias anteriores no se ven en la sala. Marcos Pertossi no se encuentra en los asientos a pesar de su ingreso brusco. Marcial Thomsen no se encuentra tampoco. Está presente Sergio Viollaz, padre de Ayrton. Por el lado de Báez Sosa están los padres de Fernando y Tomás D’Alessandro, uno de los amigos de la víctima que declaró como testigo.

“Tenemos estrategias que no podemos adelantar”, aseguró D’Avila. “Los testigos tienen mucho recuerdo de lo que ocurrió”, continuó el fiscal, que se muestra conforme con lo que transcurre en las audiencias.

Segundos después, arribó el defensor Hugo Tomei. “Lo que pasa en la audiencia, queda en la audiencia. Hasta que no alegue no voy a hacer una evaluación apresurada. Yo no cuestiono en las audiencias, es un momento de interrogatorio”, aseveró. “Estamos escuchando información, en la misma que escuchamos todo, en el momento de los alegatos se verá”.

Marcos Pertossi, padre de Lucas, uno de los acusados, empujó a los periodistas que lo rodearon con insistencia en busca de su testimonio.

Poco antes de las 8 AM, los ocho rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa ingresaron a los tribunales de Dolores entre un dispositivo de seguridad del SPB.

Hoy se esperan las declaraciones de doce testigos, entre ellos los policías que intervinieron frente al boliche minutos después de la agresión, varios testigos del ataque, una joven turista que asistió a la víctima y dos comerciantes que estaban a pocos metros del lugar.

En primer término, declararán cuatro policías afectados al Operativo Sol en el verano 2020 que llegaron al lugar del hecho minutos después de que Fernando fuera atacado. Según consta en el cronograma de audiencias, ellos son: Roberto Gustavo Basualdo, Carlos Aníbal Contino, Fernando Raúl González y Leandro Hipólito Barreca Maidana.

Luego, lo hará Virginia Pérez Antonelli, una joven que veraneaba en Villa Gesell en ese momento y le practicó maniobras de reanimación cardio pulmonar a la víctima, luego de que el policía Maximiliano Rosso Suárez le hiciera masajes en un primer momento.