El ex presidente del Banco Central durante el macrismo, Federico Sturzenegger, publicó un trabajo de "investigación" en el que recomienda una serie de medida precautorias para fortalecer las reservas con ingreso genuino de divisas y subraya los riesgos de hacerlo mediante endeudamiento. Básicamente, el estudio relata que debe evitar hacerse exactamente lo que él mismo, como funcionario de Cambiemos, hizo. "Encontramos que solo las reservas compradas con activos domésticos bajan el riesgo país", señaló Sturzenegger en un paper escrito junto a César Sosa para el National Bureau of Economix Research. 

Entre 2016 y 2018), siguiendo estos parámetros, hubo una tendencia declinante en el stock de reservas constante durante toda su conducción al frente del organismo y las únicas mejoras que se registraron desde el 10 de diciembre pasado fueron contra un mayor endeudamiento. Al menos unos 13.450 millones de dólares de las reservas correspondieron al ingreso de fondos –que se exhibió en tres oportunidades– por endeudamiento del gobierno nacional. 

El escrito del ex banquero central parece evidenciar algún aprendizaje en la "pasantía" que significó estar al frente del BCRA, que pagamos todos los argentinas, y dejar al país en quiebra a partir del mayor --y más veloz-- proceso de endeudamiento de la historia argentina. "Hoy publicamos un trabajo preguntándonos si importa cómo los bancos centrales acumulan reservas", difundió en su cuenta de Twitter Sturzenegger. "Nuestros resultados cuestionan los beneficios de los programas del fortalecimiento de las reservas a través de la deuda externa, como las que suelen ejecutar los organismos multilaterales", señala en el documento de 43 páginas. 

No es nuevo ver a ex integrantes del equipo económico del macrismo, como sucede aún con algunos del menemismo --Sturzenegger cumple ambas condiciones-- que luego de fracasar rotundamente con sus políticas se dedican a dar cursos en el exterior o convertirse en opinólogos de la realidad. Sin embargo, algunos mantienen cierto decoro y mantienen sus enraizadas creencias. Sturzenegger propone todo lo contrario a lo que hizo. 

Haz lo que digo, pero no lo que hago

Los beneficios asociados a la acumulación de reservas puede relacionarse ampliamente con tres atributos básicos: el papel de las reservas como fuente de liquidez, como mecanismo de cobertura y como forma de modificar el tipo de cambio. Los costos están asociados a los costos de financiamiento de tales reservas: la tasa de interés externa si las reservas son tomadas en préstamo, las primas de tipos de interés nacionales si se compran con activos nacionales o su impacto en la inflación si se acumula a través de intervenciones no esterilizadas. 

Las reservas pueden en realidad no solo proporcionan liquidez en tiempos de necesidad, sino que pueden cambiar el equilibrio dela economía. Las mayores tenencias de reservas internacionales cambian las condiciones de endeudamiento que enfrentan los países emergentes y (bajo ciertas condiciones) reducir los diferenciales de equilibrio. 

"Acumular reservas con pasivos conlleva un costo de tasa de interés conocido como carry que es otro canal a través del cual importa el mecanismo utilizado para la acumulación. Si los pasivos son emitidos en moneda extranjera, el carry comprende el riesgo país y una prima temporal, ya que la deuda emitida para financiar reservas normalmente tiene un vencimiento más largo que los activos donde esos recursos están colocados", señala el informe de coautoría de Sturzenegger. 

El ex funcionario dirigió el Banco Central entre diciembre de 2015 y junio de 2018. Asumió con el tipo de cambio oficial en 9,60 pesos y una brecha cambiaria que ubicaba al paralelo en el orden de los 15 pesos. Se fue con el dólar a 28,44 pesos, un megaendeudamiento externo dirigido por el Tesoro y habiendo empapelado de Lebacs toda la city porteña, lo que creó una bomba de letras que terminó defaulteada al final del gobierno de Cambiemos.

Uno de los propulsores de la corrida cambiaria de inicios de 2018, que luego tuvo muchos episodios hasta llegar al calamitoso final del gobierno Macri, fue la llamada “bomba de Lebacs”, creada por Sturzenegger. La contrapartida de los miles de millones de dólares que ingresaban al país como deuda de corto plazo era el aumento de estas emisiones en pesos, que ofrecían altos retornos medidos en dólares, lo que motorizó el carry trade sobre el que alerta el ex funcionario, ahora como estadista, ya que ingresaban dólares para pasarse a pesos y aprovechar las altas tasas de interés y luego lo volvían a convertir en billetes verdes y los fugaban al exterior.

Desde que Sturzenegger asumió en el Central, las reservas evidenciaron tres fuertes subas diarias producto del ingreso de los fondos de deuda. El primero fue el 29 de enero pasado, con el arribo de 4831 millones de dólares del Megacanje II que hizo el Central al cambiar deuda intra-sector público por bonos contra bancos extranjeros. El segundo incremento fue el 29 de abril por 5857 millones de dólares derivado del excedente de deuda que se tomó para el pago a los fondos buitre. El último fue este mes, el 6 de julio último, por 2750 millones de dólares que ingresaron por la emisión de dos bonos por parte del Estado para recompra de cupones de PIB. En total suma 13.438 millones de dólares de deuda.

"El Banco Central de Argentina (bajo su gestión) compró alrededor de 40 mil millones de dólares, aproximadamente el 8% del PIB. Sin embargo, el impato no fue gratuito. De hecho, las compras de reservas fueron esterilizadas con papeles de corto plazo del BCRA en moneda nacional. En 2016 y 2017, a medida que se acumulaban las reservas también lo hizo el monto de los pasivos del Banco Central", reconoce Sturzenegger en su paper.

Fuente: El Destape