Luego de que el Banco Central (BCRA) ordenara a las entidades financieras no dar los créditos lanzados en el marco de la pandemia del coronavirus al 24% -para capital de trabajo, por ejemplo- a los productores que guarden más de un 5% de su soja o trigo, en el campo criticaron con dureza la medida, alertaron que podría "descapitalizar" a los productores y remarcaron que la comercialización del sector está por encima del año pasado.

El BCRA dispuso esa medida para evitar que los productores tomen esos créditos y, en cambio, si necesitan dinero lo hagan vendiendo su producción. En el fondo, en la interpretación oficial la decisión tiene como fin último que se venda la soja e ingresen más dólares vía exportaciones.

"La comunicación del Banco Central sumada a la exigencia de los exportadores de pesificar los contratos de manera inmediata, sin duda tiene origen en la situación del mercado cambiario, en la necesidad de dólares frescos, pero tiene implícita la suposición de que los productores están reteniendo granos. Es una suposición que carece de fundamentos. Para empezar la cosecha aún no terminó, y por los análisis de nuestro Instituto de Estudios Económicos, el nivel de comercialización este año es absolutamente normal, incluso notablemente superior si lo comparamos con el comercio realizado durante la campaña pasada a esta misma altura del año", dijo Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA).

Según un informe de la entidad, en soja ya se vendió el 44% de la cosecha prevista. Para comparar, a igual fecha del año pasado la comercialzación iba por el 34%.

En tanto, si se ve la cosecha total, es decir todos los granos, ahora sobre una producción de 118 millones de toneladas se vendió el 54%. El año pasado en esta época para la cosecha total, de 125 millones de toneladas de granos, se iba por el 42%.

"Intentar forzar la venta de la cosecha marginando a los productores de créditos a tasas adecuadas, justamente cuando necesitamos los recursos para invertir en la próxima siembra, no se orienta con la necesidad de apuntalar el momento y la competitividad del sector. Deudas, derechos de exportación aumentados, caída de precios internacionales, incertidumbre de mercado, impacto del clima, mayores costos de logística por la baja del nivel del Paraná, explican la situación comprometida de muchas empresas. La medida será contraproducente porque va a descapitalizar al productor, negándole herramientas e incentivos para invertir, pero por sobre todo porque erosiona la confianza, y la inversión es hija de la confianza", expresó Pelegrina.

En un comunicado titulado "El Gobierno repite los errores del pasado", Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) rechazó la medida del BCRA. La calificó de "arbitraria y discriminatoria".

"La cosecha actual está lejos de concluirse, con lo cual es prematuro hablar hoy de stockeo de mercadería. En virtud de esta resolución, un productor que posea soja o trigo con destino uso como alimento para ganado o para pago de insumos para la próxima campaña o para cumplir con el compromiso de arrendamientos dejaría de ser sujeto de crédito perdiendo en consecuencia capacidad de inversión en insumos imprescindibles para la producción", alertó CRA.

"Por otro lado, el análisis de la comercialización de la cosecha 2019/2020 muestra que el ritmo de ventas es superior al del año pasado, por lo que no existe ninguna evidencia o indicio de que los productores estén reteniendo la producción ni mucho menos especulando con la evolución del tipo de cambio", agregó.

La entidad remarcó que "cualquier acusación en este sentido carece de fundamento, es injusta, malintencionada y ofensiva para los productores de todo el país que trabajan a destajo, arriesgado su salud y la de sus familias, para mantener abastecidos los mercados con alimentos para todos los argentinos".

Tras la medida del BCRA, en el Banco Nación ratificaron los créditos ligados al coronavirus cuando se verifique menos de un 5% del grano acopiado.

Según la entidad, se "instrumentará en los próximos días una nueva línea de inversión a tasas variables para facilitar la comercialización de la producción almacenada y al mismo tiempo brindar la cobertura necesaria en consonancia con la evolución de los precios de estos commodities".

Agregó que "continúan vigentes las distintas alternativas crediticias, destinadas al sector agrícola-ganadero, tanto para la compra de maquinarias y, para financiar inversiones productivas. En estos casos las tasas incluyen subsidios y oscilan entre el 27 y el 32 por ciento".

Fuente: La Nación