El curriculum de Marcos Rojo le permite llegar como "refuerzo estelar" a cualquier institución del fútbol argentino. En el último mercado de pases los dos clubes más importantes del país quisieron contratarlo y fue Boca el que le ganó la pulseada al rival de toda la vida.

Pero las lesiones, sumado al coronavirus, lo tuvieron a maltraer. El defensor no pudo cumplir la expectativa de la dirigencia, del cuerpo técnico y mucho menos de los hinchas. Y teniendo en cuenta que también se perdió el cierre de temporada por problemas físicos, confesó que iba a tomar una postura contundente: ser el único jugador del Xeneize en no tomarse vacaciones y entrenar todos los días para lograr una puesta a punto.

"Venía de mucho tiempo sin competir y creo que eso lo estoy pagando un poco. Ahora la calma de decir que ya está y prepararme para la pretemporada, esa fue la decisión que tomamos con los médicos y con el profe. Seguiré entrenando para estar al 100% cuando vuelva a entrenar el equipo", confesó en San Juan previo a la semifinal ante Racing.

Sin embargo, rompió con la planificación prometida y los hinchas estallaron de furia. Es que en su cuenta de Instagram subió fotos e historias con su familia y amigos en el sur de Argentina, más precisamente en Ushuaia. 

Fuente: Depo