El escándalo de la denuncia de Lorena Martins contra su propio padre, un ex agente de la SIDE, al que acusó de ser un zar de la prostitución, que financió la campaña de reelección del PRO en la Ciudad, obligó a Mauricio Macri a dar la cara tras varios días de silencio. El jefe de Gobierno porteño negó ayer conocer y haber recibido aportes del ex agente denunciado, durante una conferencia de prensa en Plaza Francia, donde anunció obras para la Línea H del subte. No fue el único. Horas más tarde, el propio Raúl Martins se desvinculó del líder del PRO y desmintió a su hija en diálogo con Radio Rivadavia desde México.No lo conozco ni ha sido aportante de nuestra campaña, aseguró Macri. Al señor Macri no lo conozco, no lo vi en mi vida, aseguró, por su parte, el ex agente de inteligencia.Ambos rechazaron así los dichos de Lorena, quien denunció a su padre en diciembre ante la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos (UFASE) y Trata de Personas, por controlar siete prostíbulos en Buenos Aires y uno en México. En esa presentación, también afirmó que en un intercambio de mails entre Martins y sus secuaces, él mismo habría colaborado en la última campaña política que lo llevara a renovar su mandato como jefe de Gobierno porteño. La razón del aporte: para que los prostíbulos puedan seguir funcionando y consigan sus habilitaciones sin respetar las más mínimas medidas de seguridad.Macri le restó ayer importancia a las pruebas de la mujer al señalar que puede presentar 200 papeles pero sin fundamentos. Además, buscó desviar la pelota al afirmar que de este tema tiene que ocuparse la ministra (de Seguridad, Nilda) Garré y el Gobierno nacional porque se trata de delitos federales como la trata de personas.El escándalo estalló para el macrismo el miércoles, cuando la denuncia de Lorena Martins fue publicada por La ONG La Alameda, la misma que descubrió la red de prostitución en los departamentos del juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni. La entidad sumó en su blog una foto como prueba en la que se lo ve a Macri con su mujer, Juliana Awada, en Mix Sky Lounge, un cabaret en la ciudad mexicana de Cancún, que sería propiedad de Martins. En la foto se lo ve junto a Gabriel Conde, procesado y prófugo de la justicia por regentear a fines de la década del 90 el prostíbulo Shampoo, donde explotaban mujeres traficadas de Brasil y República Dominicana, según la ONG.Lorena denunció que el contacto entre su padre y Macri fue Gabriel Conde, hijo de Luis Conde, ex vicepresidente de Boca Juniors en la época en la que Macri era el presidente.Por su parte, Raúl Martins atribuyó la acusación de su hija como a una extorsión y sostuvo que la joven vive mintiendo por motivos de dinero.Si bien negó vínculos con Macri, admitió que tienen a Gabriel Conde como amigo común. Y confirmó su relación con el juez Norberto Oyarbide, quien deberá investigarlo en la Justicia Federal. Lo conozco desde hace muchos años. Lo llevé a dar una charla sobre adicciones a un colegio donde yo daba clases de instrucción cívica, afirmó.

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