Alberto Fernández anunció una reforma judicial durante su discurso ante la Asamblea Legislativa para abrir el 138 período de sesiones ordinarias y el presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, no pudo simular su incomodidad. 

Sobre el proyecto para reformar la Justicia Federal, que será impulsado “en los próximos días”, Alberto aseguró que “Vengo a asumir un compromiso que jamás quebraré: en este tiempo de la Argentina en el que nos toca gobernar, venimos a ponerle fin a la designación de jueces amigos, a la manipulación judicial, a la utilización política de la Justicia y al nombramiento de jueces dependientes de poderes inconfesables de cualquier naturaleza”.

De esa forma anunció la creación de un nuevo fuero federal penal “que unificará a fueros penales que hoy tienen jurisdicción en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

“Transferiremos parte de esa jurisdicción a la Ciudad que allí logrará su plena autonomía. De este modo, los delitos contra la función pública a los que incurran funcionarios del Estado Nacional dejarán de estar en manos de unos pocos jueces para pasar a ser juzgados por más de medio centenar de magistrados”, sentenció. “Estamos terminando para siempre en la Argentina con la manipulación de sorteos, la concentración de procesos que el oligopolio de jueces federales ha permitido”.

“De la mano de la puesta en marcha del nuevo sistema acusatorio penal, vamos a impulsar un fortalecimiento de toda la actuación de la Justicia Federal penal en las zonas más críticas, donde el crimen organizado ha logrado desarrollarse a través del narcotráfico”, señaló, con especial hincapié en la zona de la ciudad de Rosario y Santa Fe.

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