Cuando fue excarcelado por primera vez en el marco de la causa Ciccone, Boudou observó que en las inmediaciones de su casa había movimientos no habituales, por lo que decidió sacar fotos con su celular. En las imágenes, que ya están en manos de los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide, se puede ver a una persona sentada en el escalón de la entrada de una casa, justo frente a su domicilio. También un auto gris, una moto y otro vehículo negro que pasaban varias horas apostados allí.

Si bien Boudou –querellante en el expediente por espionaje ilegal- dijo el pasado viernes bajo juramento que sabía del espionaje dentro del penal de Ezeiza, señaló que hasta ahora no había tenido conocimiento de los seguimientos clandestinos afuera de la cárcel. La prueba que hay en el expediente de Lomas de Zamora y que surgió de los celulares de los espías imputados apunta en ese sentido.

Se trata de numerosas fotografías del exfuncionario participando de una manifestación, la primera vez que salió en libertad y previo a que la Cámara de Casación ordenara volver a detenerlo. Antes de eso, en los mensajes del grupo de Whatsapp Super Mario Bross, el agente Jorge “El Turco” Sáez advirtió que Boudou había sido excarcelado, por lo que Alan Ruiz ordenó monitorear todos sus movimientos.

Luego, tras el fallo de Casación que revocó su excarcelación, los espías se comunicaron la novedad. Las tareas de vigilancia –presumiblemente- volvían así a la órbita del Servicio Penitenciario.

A partir de haber tomado conocimiento de esas imágenes y mensajes, Boudou aportó las fotos que él le había sacado a las personas que aparecieron en la puerta de su casa, tras haber recuperado su libertad. Declaró que los movimientos de dos autos y de algunos hombres que merodeaban el lugar le habían llamado la atención y que por eso tomó imágenes con su celular.

Según dijo, al enterarse ahora del espionaje ilegal en su contra consideró que ese hecho pudo haber estado relacionado con la banda que se investiga en Lomas de Zamora. Ahora, los investigadores están cotejando las imágenes de los hombres retratados y de las patentes de los vehículos, para determinar si se trata de la organización investigada. Se cursaron oficios formales a la AFI.

Espionaje en Ezeiza

Cuando en agosto de 2018 Amado Boudou y José María Núñez Carmona quedaron detenidos por segunda vez tras el veredicto en la causa Ciccone, los mantuvieron por una semana en un pabellón del penal de Ezeiza. Pensaron que quedarían alojados allí, pero luego fueron trasladados a los pabellones A y B. Al llegar, advirtieron que estaban completamente vacíos.

Es decir, estaban siendo inaugurados por ellos. Según su relato , a las pocas horas de haber ingresado a sus celdas fueron llegando otros detenidos, entre ellos el conocido como el Rey de la Efedrina, Mario Segovia. El dato no es menor. La hipótesis es que bajo la sospecha que tenían de un supuesto plan de fuga, el resto de los detenidos del programa IRIC –ex funcionarios y empresarios—fueron espiados ilegalmente. Según aseguró el exvicepresidente bajo juramento, durante los siete días en que los mantuvieron en el otro pabellón, el A y el B fueron alambrados y refaccionados.

Boudou detalló que uno de los presos que hacía tareas de “fajinero”, es decir que llevan adelante trabajos de limpieza y orden interno, contó que cuando fue a limpiar los pabellones del IRIC antes del traslado de Boudou, Núñez Carmona y el resto de los detenidos, encontró restos de cables. Según declaró Boudou, con todos esos elementos ellos ya sabían que el lugar estaba todo “alambrado” y que eran espiados constantemente.

Fuente: Ambito.com