El equipo de fiscales que investiga la muerte de Diego Maradona notificará a las defensas, en la mañana de este jueves, de la imputación por el delito de homicidio simple con dolo eventual. En otras palabras, que la muerte de Maradona era evitable y se produjo por el accionar de los imputados. Los siete acusados -el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, los enfermeros Ricardo Almirón y Dahiana Madrid y los coordinadores Mariano Perroni y Nancy Madrid- deberán prestar declaración indagatoria a partir del 31 de mayo y, si el juez Orlando Díaz convalida la restricción, no podrán salir del país. El concepto es que hubo un actuar gravemente negligente y que, además, se dieron cuenta que esa negligencia iba a derivar en la muerte de Maradona, algo que se demuestra en los mensajes de texto: “vamos a ir presos”, “nos jugamos la licencia”, “hay que emprolijar la historia clínica” y otras frases similares. La pena por el delito planteado por los fiscales es de ocho a 25 años de prisión, pero no formularon ningún pedido de detención.

Como adelantó Página/12 los fiscales Laura Capra, Cosme Irribarren y Patricio Ferrari, coordinados por el fiscal general John Broyard, se inclinaban por la calificación de homicidio simple con dolo eventual. La acusación está volcada en un escrito de unas seis páginas en el que los fiscales describieron los hechos y se detallaron las responsabilidades, que obviamente no son las mismas para los siete imputados. Sin embargo, la calificación es igual para todos, es genérica, aunque luego cada uno se defenderá describiendo qué hizo y qué no hizo.

Los puntos clave son los siguientes:

*Hubo negligencia en lo que hicieron los profesionales. Por ejemplo, se le suministró a Maradona medicación que era contraindicada para sus afecciones cardíacas. Lo llevaron a una vivienda privada cuando se requería un centro de rehabilitación en el que habría más control sobre la salud del ídolo. A esto se agrega que en la casa no había ni siquiera un desfibrilador para una emergencia coronaria.

*También hubo negligencia por lo que no se hizo. Maradona debió recibir medicación para sus problemas de corazón y cuando empezó a retener líquido -varios testigos dijeron que estaba hinchado- no se le dio ni un diurético. Hubo días enteros en que no se levantó de la cama, lo que tampoco motivó reacción alguna del equipo médico. La junta médica dictaminó que hubo un período de agonía de muchas horas, con Maradona inconsciente: en ese tiempo nadie entró ni verificó la situación. Es más, los enfermeros escribieron que lo escucharon ir al baño o que le tomaron los parámetros, algo que supuestamente fue una falsedad.

El listado de las negligencias es largo y detallado.

Pero a esto se agrega que los imputados se representaron el catastrófico desenlace. Cuando hay un homicidio de tránsito y se acusa por homicidio simple con dolo eventual, siempre se dice que quien maneja borracho o de contramano o a 150 kilómetros por hora debió representarse el resultado final de muerte: debió darse cuenta. En cierto sentido es una especulación porque es como meterse en la cabeza de quien manejaba. En este caso, según los fiscales, la especulación no es necesaria porque los acusados volcaron en los mensajes de texto que presumían que podía darse la muerte de Maradona. Cuando escribieron “acá nos jugamos la matrícula” o “podemos ir presos”, o cuando decidieron incluir elementos en la historia clínica de Maradona, ya exhibieron que su negligencia podía terminar en la muerte del Diez.

El papel de los protagonistas también está bastante claro:

*Leopoldo Luque se presentó siempre como el médico de Maradona y era el que tomaba las decisiones más trascendentes. La realidad es que era más bien un fan del Diez y no tenía el nivel profesional requerido.

*Agustina Cosachov, la psiquiatra, firmó medicación contraindicada, según la junta médica. Además, una de las patologías claves de Maradona era la adicción, de manera que jugó un papel muy importante. También tomaba decisiones, pese a su juventud e inexperiencia.

*Carlos Díaz, el psicólogo. Los fiscales piensan que tenía facultades para pedir la internación de Maradona, algo que -según la junta médica- le hubiera salvado la vida. En los mensajes y audios, Díaz también tomaba muchas de las decisiones.

*Los enfermeros Ricardo Almirón y Dahiana Madrid. Por supuesto que no tenían poder de decisión. Sin embargo, no hubo control y supuestamente mintieron en sus informes.

*El coordinador de los enfermeros, Perroni, no subsanó las deficiencias por la falta de control y sugirió cambios, tras la muerte de Maradona, en uno de los informes, ocultando la verdad.

*La supervisora de Swiss Medical tampoco habría intervenido ante las deficiencias.

Por supuesto que la gran defensa de los acusados será que Maradona no quería ningún tratamiento y tenía el derecho a rechazarlo. Del otro lado dirán que el Diez no estaba en condiciones mentales de tomar decisiones. Ese será un punto neurálgico del caso. 

El próximo paso es que el juez de Garantías, Orlando Díaz, debe aceptar el pedido de los fiscales de impedir la salida del país de los acusados. Como no hay pedidos de detención, no necesita expedirse sobre eso ni sobre la calificación. En el escrito los fiscales citan a los imputados a prestar declaración indagatoria, es decir a ejercer su defensa. La primera declaración será el lunes 31 de mayo, aparentemente de uno de los enfermeros. Como es lógico, el último en declarar será Luque, a quien se adjudica la mayor responsabilidad.

Fuente: Pagina/12