A menos de un mes de dejar el poder, el gobierno nacional adjudicará por los próximos 10 años el Paseo de la Infanta y el favorito para quedarse con la conseción sería Alejandro “Pety” Peltenburg, un empresario cercano a la familia presidencial, que pagaría cerca de un millón de pesos de canon mensual por explotar 15 locales en la zona más exclusiva de la Ciudad.

Peltenburg es socio junto a los funcionarios PRO Ignacio Pérez Riba y Darío Wasserman en una empresa llamada “Ciudad de la furia SA”, dedicada a los negocios financieros. Wasserman es el titular del fondo Garantizar, uno de las sociedades estatales colonizadas por Francisco Pancho Cabrera. Pérez Riba fue jefe de gabinete de Pancho en el Ministerio de Producción y pudo conservar su cargo después de la llegada de Dante Sica. Cabrera fue ministro de Desarrollo Económico en la Ciudad y su cartera tuvo a cargo todas las concesiones del distrito capitalino.

La licitación prevé un canon de 1,195 millones de pesos, ajustables por UVA y plantea que habrá un “techo” sobre el valor de referencia en pesos del 35%. Por eso solamente podría ascender a una oferta máxima de 1,613 millones de pesos. “¿Desde cuándo limitas la oferta que se hace a un máximo? Nunca vi algo así”, se quejó un empresario en una entrevista con La Política Online.

Lo que resulta sospechoso es la duda de por qué no se alquilaron directamente los locales en lugar de concesionar a un intermediario que solo cobrará el alquiler. “Solamente con el alquiler de uno de los locales se paga toda la concesión”, explicaron fuentes del sector.

Con los precios de los alquileres actuales, los concesionarios recaudarían 1,4 millones de pesos, cifra que aumentará en enero al menos un 80%, lo que elevaría el total a casi 2,5 millones de pesos. El nuevo concesionario tendrá ganancias millonarias sin invertir un solo peso. Desde el gobierno aclararon que el valor de canon mínimo fue “dispuesto por el Tribunal de Tasaciones de la Nación” y que no tuvo injerencia de los funcionarios.

Otro de los nombres que surge a partir de la licitación es el del relacionista público Wally Diamante. El PR es íntimo y uno de los confidentes de Juliana Awada y sería también un socio oculto en el boliche Crobar, la nave insignia de Peltenburg en la noche porteña.

Fuente: La Política Online