Tras el golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales, el presidente electo Alberto Fernández no dudó en calificar la situación como un “golpe de Estado” y celebró que la UCR tomara el mismo camino, diferenciándose de la postura oficial del Gobierno que consideró que el conflicto en ese país “no puede calificarse como un golpe”.

"Sacar a un Presidente con acciones que no están dentro del marco de las reglas de la democracia no puede llamarse de otra forma que golpe de Estado", escribió el referente del Frente de Todos en su cuenta de Twitter al tiempo que celebró que “la UCR, con sus años de tradición republicana, así lo entienda”.

El golpe de Estado en Bolivia divide las aguas al interior del oficialismo. Mientras que Cancillería prefirió manejarse con cautela sobre la situación en el vecino país y no calificar la salida del poder de Evo Morales como un "golpe", la UCR emitió un comunicado en el que sí lo consideró como un golpe de Estado. Ese matiz fue recogido por el presidente electo, quien no dudó en celebrar la decisión de los radicales de desmarcarse del Palacio de San Martín.

Detrás de la postura que promueve un repudio directo al golpe de Estado en Bolivia se encolumnaron algunos dirigentes radicales como Alfredo Cornejo, Martín Lousteau y Federico Storani.

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