“Botellas de fernet y de otras bebidas alcohólicas por todos lados. Una carpa del horror. Descontrol. Una chica de 14 años que no debió estar allí, sino con sus padres y su hermano festejando Año Nuevo, en otra carpa. Todo terminó mal, con cinco hombres acusados por violación de una menor, detenidos por la Policía”. Así comenzaba la nota de Clarín sobre la salvaje violación en grupo que sufrió una adolescente en Miramar. 

“No debió estar allí, sino con sus padres y hermano”, fue la frase del redactor Guillermo Villarreal, corresponsal del Gran Diario argentino en Mar del Plata, que disparó la polémica.

Sus colegas periodistas, hombres y mujeres, junto a feministas salieron al cruce de esta terrible acusación: al parecer, la víctima es responsable de lo que le pasó, tal como en años anteriores estigmatizaron a víctimas de femicidios porque estaban “de fiesta” o por vestirse de tal o cual manera. 

La repercusión fue tan grande que el diario no tuvo otro remedio que editar esa parte de la crónica pero, de todas formas, todos continuaron con el repudio a una línea editorial que va en contra a la lucha de muchas mujeres que día tras día militan por el Ni una menos.