El director de Cultura y Educación bonaerense, Gabriel Sánchez Zinny, se aprestaba a ingresar a un local partidario acompañado de otros funcionarios, incluidos los intendentes Néstor Grindetti y Martiniano Molina, para dar una charla sobre la educación del futuro, pero fueron recibidos por educandos y educadores enfurecidos por la falta de obras en las escuelas y de una paritaria nacional.

Cambiemos había organizado para este viernes un encuentro en un local de Avellaneda ubicado en Hipólito Irigoyen Nro. 1400, donde se esperaba debatir sobre “La escuela del futuro”, tan pregonada por el oficialismo bonaerense. Pero el recibimiento, si bien fue caluroso, sin dudas no fue el esperado por los funcionarios. Es que en la puerta los esperaban los docentes de SUTEBA, alumnos de diferentes escuelas y de los profesorados con cánticos y carteles de repudio a las políticas que precisamente en materia educativa se encuentran llevando adelante.

“La educación del futuro, hay que respetarla hoy”, decía uno de los mensajes que hoy fueron enrostrados ante los funcionarios que entre azorados y asustados se los vio escabullirse rápidamente hacia el interior del local donde estaba prevista la charla.

Los cánticos también estaban dirigidos al ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, cuya asistencia estaba prevista, aunque finalmente no se dio, probablemente buscando evitar preguntas sobre la denuncia de violación que lo tienen a maltraer. Se le reclamaba por la paritaria nacional, disuelta por un decreto presidencial y hoy uno de los principales reclamos de los gremios docentes que quieren resolver la cuestión salarial para el presente año.

Quizás el lugar escogido tampoco ayudó a concentrar más adeptos que disgustados con Cambiemos. Se trata de un distrito todavía comandado por el kirchnerismo, y donde el enojo pasa por la falta de obras en las escuelas que dependen tanto de nación como de provincia, y que ante esta falta de presupuesto están siendo cubiertas con fondos de la propia comuna.

Lo cierto es que los funcionarios ligados a la cultura y la educación no la están pasando bien en el último tiempo, y el escrache como protesta pacífica se volvió un vehículo para expresar el enojo y el descontento con las políticas educativas. Uno de ellos, la tuvo como protagonista a la propia la gobernadora María Eugenia Vidal. Fue con una docente, también de SUTEBA, en Monte Chingolo, quien le pidió que abra el diálogo con los docentes y recibió por respuesta una ironía de la mandataria. Otro más reciente, tuvo lugar en la Feria del Libro en la que los ministros Enrique Avogadro y Pablo Avelluto debieron suspender sus discursos por la protesta de los docentes y alumnos contra el cierre de profesorados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Fuente: REALPOLITIK