El viernes 7 de diciembre, un numeroso grupo de graduadas autoconvocadas del Pellegrini leyeron una carta en el reencuentro de 10 años de egresades.

En ella, denunciaron situaciones de violencia de género ocurridas en su paso durante la institución, tanto con autoridades de la institución como con estudiantes. 

Además, les estudiantes se organizaron y, todo el dinero recaudado en el evento, se usará en el armado de la biblioteca transfeminista Lucía Pérez que ya comenzó con la donación de los primeros libros.

A continuación, la carta leída por las estudiantes:

Autoridades, docentes, no docentes, ex compañeros y compañeras, estudiantes y futuras generaciones,

A partir de la invitación a este festejo, un grupo de egresadas de todas las divisiones y turnos nos juntamos a pensar qué estamos celebrando hoy. Somos conscientes del privilegio de haber accedido a una educación pública de calidad que incentiva el desarrollo de un pensamiento crítico. Y es con ese mismo pensamiento crítico que sentimos la necesidad de repensar y cuestionar nuestras vivencias en esta Escuela. No lo hacemos de la nada. No somos pioneras. El paradigma está cambiando. El 2018 fue un año de profunda reflexión y cuestionamiento reflejado, por ejemplo, en las marchas del Ni Una Menos, en los debates por la legalización del aborto, en el masivo Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans y Travestis y en cada paro nacional, como el del pasado miércoles 5 de diciembre. Se nos llenaron los ojos de lágrimas cuando escuchamos
a les egresades del Nacional Buenos Aires y del Pelle en sus discursos de graduación. Lágrimas de emoción, de admiración, de orgullo, de unión. Porque cuando les escuchamos decir "aprendimos a organizarnos en cada ámbito de la vida contra un sistema que nos oprime y finalmente nos mata", nos sentimos representadas. Sentimos que las tomas de colegio, que el bar estudiantil, que esa pequeña "comisión mujer" del centro de estudiantes en la que no llegábamos a 10, están presentes hoy en la lucha que llevan a cabo más de 300 estudiantes. Son elles quienes ponen palabras donde antes hubo silencio. Hace 10 años, nosotras no
supimos reconocer, nombrar y combatir esas violencias, pero sí supimos defender nuestros espacios de organización y lucha, y hoy rebalsamos de alegría al ver que esos espacios son ocupados por nuevas generaciones que lo cuestionan todo para revolucionarlo y no dar marcha atrás. Queremos respaldarles y no ser cómplices de lo vivido, porque el silencio no es nuestro idioma. Escribimos estas palabras para que resuenen y hagan eco en este encuentro. 
En las últimas semanas nos encontramos para compartir junto a más de cincuenta compañeras, escenas vividas durante la secundaria. Su común denominador es la violencia de género. Todas recibimos comentarios misóginos,escuchamos cotidianamente opiniones sobre nuestro cuerpo y nuestra forma de vestir, vivimos noviazgos violentos y posesivos o fuimos acosadas. Estas situaciones que se daban con profunda naturalidad, son el reflejo de la desigualdad de género con la que nos formamos. Imaginen tener 14 años y escuchar “las
mujeres solo sirven para hacer milanesas” o “cuando vean las consignas me van a querer tirar la goma” o padecer a compañeros que nos tocaban sin nuestro consentimiento. Crecer en este contexto implicó atravesar situaciones de humillación, vergüenza, menosprecio, soledad y abandono.
La violencia naturalizada que aparece en nuestras experiencias no la traemos a modo de descarga, sino por la necesidad de que se convierta en una reparación. Como sociedad debemos exigir que en todo ámbito educativo se garanticen los derechos de todas las personas, en especial de les niñes y adolescentes en su etapa de formación escolar. En este sentido, la realidad hoy nos pide que todes asumamos el compromiso de que las nuevas generaciones crezcan libres de toda forma de violencia de género, machismo y misoginia. Para eso
consideramos indispensable la implementación y profundización de la Ley de Educación Sexual Integral, sancionada hace 12 años, y del Protocolo de Acción Institucional para la Prevención e Intervención ante Situaciones de Violencia o Discriminación de Género u Orientación Sexual. En nuestros días en el Pelle no era
opción asumir otra identidad sexual que la heterosexual, ni otra identidad de género que la cis. Tampoco podíamos hablar de aborto y aquellas que abortamos lo vivimos aisladas y en soledad.
Hoy, a 10 años de nuestro egreso, este grupo numeroso de graduadas celebra el Pellegrini que entregó a Leandra Levine su diploma respetando su identidad de género, sembrando un precedente como institución pública hacia el reconocimiento de derechos; el Pellegrini donde se quitaron todos los símbolos religiosos; el
Pellegrini donde se discute y hace política. Donde ante la necesidad, las chicas se organizan bajo el nombre de “las pibas superpoderosas”, generando así una contención basada en la sororidad y el apoyo entre pares, que es indispensable.
Pero también es fundamental que este compromiso surja y se sostenga por parte de las autoridades y docentes. Avancemos y entendamos de una buena vez que no aplicar la ESI de manera transversal es ilegal.
Es a partir de todas estas reflexiones, que proponemos que lo recaudado en este evento sea destinado a la construcción de una biblioteca transfeminista para las futuras generaciones de estudiantes de esta escuela. Queremos que haya libros que pasen de mano en mano y lleven a descubrirse, preguntarse, organizarse para
salir a las calles todas las veces que sea necesario en defensa de nuestros derechos. Repudiamos el fallo del caso de Lucía Pérez y exigimos justicia. Proponemos que la biblioteca lleve su nombre, en su memoria y por la memoria y la justicia de todas las víctimas de femicidios y transfemicidios. 

Hoy ya no estamos ni nos sentimos solas. Hablamos porque otras y otres hablaron. Hablamos para que otras y otres hablen. Nos estamos pasando la posta, y no vamos a parar. En el Pelle y en todos lados, ¡No nos callamos más!

Por último, queremos invitar a las pibas superpoderosas presentes a acercarse para recibir la caja con los primeros libros de la Biblioteca Lucía Pérez. Agradecemos a Luciana Peker, organizaciones y referentas feministas por estas donaciones.Hacemos también entrega a las autoridades presentes de la lista de libros
sugeridos, elaborada de manera colectiva, que deseamos que puedan ser adquiridos prontamente. Esperamos que los consejeros y el rector respalden esta iniciativa y podamos a principio del ciclo lectivo 2019 compartir un nuevo reencuentro de graduades y estudiantes celebrando la inauguración de la biblioteca transfeminista.

 

Dura carta de egresadas del Pellegrini que denuncia acoso y violencia machista durante el secundario