No todas son peleas y discusiones adentro de la casa de Gran Hermano 2022. También ocurren situaciones más conmovedoras entre los participantes, que hacen que se escuchen y se pongan empáticos con los otros, más allá del tentador premio por 15 millones de pesos y una casa que otorgará al ganador el ciclo de Telefe.

En esta ocasión, se generó un clima de mucha intimidad entre todos los hermanitos, cuando durante un juego, en el que, con una ruleta y algunas tarjetas, los participantes debían responder algunas preguntas íntimas. “¿Hay algo importante de tu vida que todavía no hayas contado adentro de la casa? ¿Por qué? ¿Lo contarías?”, era la pregunta que leyó Julieta Poggio.

Aunque varios aseguraron que tenían cuestiones que no querían contar, Lucila Villar, más conocida como la Tora adentro del reality, se preparó para hablar en primer lugar y contar la situación que todavía no había revelado en la casa, aunque sí lo hizo cuando salió la primera vez del juego, en noviembre pasado.

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Durante una charla en la casa, un intercambio entre los participantes terminó con un gesto extralimitado por parte del sexagenario

Y profundizó: “En base a ese abuso me junté con las peores personas y las mejores. Tuve un novio que estaba hasta en el paco. Yo estaba en cualquiera. Me logro separar de él y me meto en la noche. Todas las semanas, todos los días en el alcohol, en el sexo fácil. Era como un autocastigo, salía a bailar y me acostaba con quien yo quería”.

En cuanto al sexo fácil, Lucila aclaró que no era un tema de un intercambio de dinero sino que se trataba de tener relaciones sexuales cuando ella quisiera y con quien tuviera ganas en ese momento.

Sus compañeros la miraban en silencio, mientras Nacho Castañares le acariciaba la espalda. Ella continuó con su durísimo testimonio: “En un momento de mi vida no podía más y era seguir esa vida de noche, de todo, o morirme. Pensé en matarme”, reconoció.

“Llamé a mi mejor amiga y le dije que tenía ganas de morirme. Mi mejor amiga vino, hablamos, me tranquilizó, conozco a la Iglesia, a Dios, al gimnasio y empiezo a hablar”, profundizó completamente conmovida.

“Ahí empecé a contar lo que yo pasé a pocas personas y después llegó el momento de contárselo a mis viejos, que era el mayor miedo que tenía”, sostuvo. “Pero es algo que me marcó mucho, que hoy en día comparto porque si alguna mujer pasó eso en su vida las invito a que compartan y que hablando se sana y con la ayuda de algún psicólogo también y conociendo la fe y las cosas que le hacen bien también”, expresó entre lágrimas, mientras se secaba los ojos con su mano.

Además, la participante del reality aseguró que no lo había querido contar antes porque no quería usarlo para el juego. A pesar de que sus compañeros quedaron completamente conmovidos por la situación que había vivido Lucila, se acercaron a abrazarla y a darle palabras de aliento. Mientras la aplaudían, le agradecieron por su valentía.

“Bien Lu, bien por contarlo. Fuerza”, le dijo Ariel, el último participante en entrar a la casa. “Re bien que lo dijiste”, agregó Julieta.

“Gracias por compartir esto conmigo”, le expresó Camila Lattanzio. “A muchos les pasa y no lo pueden contar todavía y nunca es tarde, por más que pasen los años”, intervino Daniela Celis, quien también reflexionó: “Sos valiente, ahora sé por qué te dicen Tora”.

Si sos víctima de violencia familiar o sexual, o sabés de alguien que lo sea, llamá a la línea 137. Es gratuita, nacional y brinda contención, asistencia y acompañamiento las 24 horas, los 365 días del año.

Si usted, o algún familiar o allegado suyo, está atravesando una crisis emocional de cualquier tipo, siente que nada tiene sentido o se encuentra atrapado en una situación a la que no le encuentra salida, llamar al 135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires) o bien al (011) 5275-1135 (desde todo el país).