Tras la detención de Marcelo Corazza, quien supo ser el ganador de la primera edición de Gran Hermano, el conductor de la versión más reciente del reality show, Santiago el Moro, opinó sobre el caso. A Corazza, que ejercía como productor del canal y fue suspendido “preventivamente”, se lo acusa de corrupción de menores.

“Hoy me toca salir a hablar… bueno. El canal ha emitido un comunicado con respecto a un trabajador, que está hace más 20 años, que es el señor Marcelo Corazza”, comenzó. Y opinó: “A mí la acusación que le hacen me parece espantosa. Personalmente, es un lugar que me cuesta mucho llegar”.

Siempre lo que pido es Justicia absoluta. Y, en caso de ser culpable, el peor de los castigos. No tengo ningún tipo de mirada piadosa respecto a este delito”, alegó a continuación. Aclaró sin embargo que “si obviamente una personas es acusada, tiene todo el derecho a defenderse”.

Del Moro remarcó no haber conocido a Corazza por lo que tiene “las mismas dudas y preguntas que ustedes [en referencia a la audiencia]”. “Hemos tenido algún tipo de cruce pero nada más”, sumó. En esa línea, sostuvo que quienes lo conocían “están en shock”. “Imagínense, el estaba trabajado acá y lo hacía desde hace muchísimo años. Desempeñó tareas tanto en este programa como en un montón de otros dentro de esta señal líder que tanto amo y amamos”, profundizó.

“Todos estamos en shock, con las mismas incertidumbres que tenes vos”, insistió el conductor de GH nuevamente. Y se refirió luego al comunicado emitido desde Telefe. “No quería salir y leer algo tan frío. Obviamente la empresa lo tiene que hacer, es su responsabilidad”.

Del Moro pidió esperar a que “él [en referencia a Marcelo Corazza] puede declarar” el martes y resaltó una vez más: “No es una persona que conozca mucho”.

 

El mensaje de Santiago del Moro por la situación de Marcelo Corazza - Gran Hermano 2022

Acto seguido, buscó dar certidumbre ante los rumores que vinculaban a Corazza con el “Gran Primo”, la voz que reemplaza a Gran Hermano en ciertas ocasiones. “Quiero aclarar que Marcelo Corazza no es el “Gran Primo. Él se encarga de ubicar a la gente que viene al programa y coordinar la salida de los participantes”, detalló.

Finalmente, el conductor del certamen dijo hablar por todos sus compañeros cuando aseguro que “solo pedimos Justicia”. “Con los chicos, no. Ni ayer, ni hoy ni nunca. Es un tema que me toca mucho. No por cuestiones personales directas sino porque me ocupa”, concluyó.

La postura de Telefe

El canal de televisión difundió eun comunicado durante la transmisión en vivo de su noticiero el lunes por la noche. La periodista Agustina Casanova leyó el documento oficial de la compañía y despejó dudas respecto del futuro de Corazza como empleado de la señal.

Telefe informó que la suspensión del primer ganador de Gran Hermano se llevará adelante “tal como la ley lo regula hasta que la Justicia clarifique esta situación”. A su vez, la compañía abogó por el “rápido esclarecimiento de los hechos” y se mostró predispuesta a colaborar “inmediatamente” según sea requerido.

La detención de Corazza

En concreto, Corazza fue acusado “haber conformado una organización destinada a reclutar menores y mayores de edad en situación de vulnerabilidad, con el fin de someterlos a la práctica de relaciones sexuales y explotación sexual, ya fuere por intercambio de dinero o por satisfacción personal o de terceros”.

La captura del exparticipante de Gran Hermano tuvo lugar en la mañana del lunes, en Montes de Oca al 300. Vestía una remera negra, salió esposado de su domicilio y fue escoltado por la División Trata de Personas, de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía porteña, para luego ser llevado a una Alcaidía de la Ciudad.

Durante el operativo, se le secuestraron dos teléfonos celulares y otros elementos que ahora serán analizados por los pesquisas. El aprisionamiento tuvo lugar en el marco de seis allanamientos realizados en la ciudad misionera de Oberá y en las localidades de General Pacheco, Tigre y General Rodríguez.

Junto a él, también fueron detenidas otras tres personas, entre ellas el jefe de la organización, por orden del juez Javier Sánchez Sarmiento. La banda comenzó a ser a raíz de la denuncia de dos personas de identidad reservada (actualmente mayores de edad) que dijeron haber sido víctimas cuando tenían entre 11 y 14 años.

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