El psicólogo Gabriel Cartaña pasó una Navidad agridulce y terminó en urgencias médicas por un infarto. El triste relato del mediático que saltó a la popularidad gracias a sus apariciones en Bendita TV (El Nueve).

Intubado y desde la camilla de hospital, Cartaña hizo una crónica de su atormentada Navidad: "Son las 5.20 de la mañana del lunes y pensaba lo que es la vida, ¿no? Hace unas horas llegó Tyron a mi vida para alegrarme y hará 3 horas que estoy teniendo un infarto. Ahora en 10 minutos me van a llevar para hacerme un cateterismo y ponerme un stent".


"En esto consiste la vida, es lo que la hace interesante. Cada día nos levantamos sin saber qué nos va a deparar el destino", sumó el mediático que saltó a la fama luego de que Beto Casella lo llevase a la televisión.

El psicólogo Gabriel Cartaña, conocido por su participación como panelista en Bendita, lanzó declaraciones que generaron polémica, en las que sugirió que tendría sexo con sus pacientes como parte del tratamiento.. El licenciado expresó que una joven tuvo un comportamiento que no se esperaba en su consultorio y terminó con una nefasta frase.


"Fue hace muchos años, era una paciente jovencita, una mujer muy hermosa que tenía 27 o 28 años en ese entonces. Ella estaba muy acostumbrada a que su belleza era su herramienta y su arma para lidiar con la vida y la terapia estaba empezando a llegar a zonas dolorosas para ella. Este es mi análisis”, expresó el experto en psicología en alusión al momento en que una paciente se quitó la ropa en plena sesión.


Cartaña continuó su descargo y añadió: “Entonces, ella empieza a boicotear la terapia planteando una transferencia erótica hacia mí diciéndole que yo le gustaba. Yo le decía que no era una opción romántica para ella. Yo estaba en un lugar más cerca al padre y ella seguía insistiendo. Los primeros diez minutos de cada sesión durante dos meses discutíamos por qué no teníamos relaciones”.

“Un día se ve que vino con todas las pilas puestas, aparte por su historia tenía conformado que todos los hombres eran malos. Necesitaba ponerme a prueba y sacarme de ese lugar. Ella se sacó la ropa, vino sin ropa interior, totalmente desnuda. Y le dije: ‘No estoy viendo nada que no supiera antes de que te desnudaras, sos muy bonita. Ahora por favor vestite’”, continuó el psicólogo y cerró: “Yo le dije: ‘Voy a acostarme con una paciente el día que yo considere que la paciente necesite terapéuticamente tener sexo con su terapeuta, no es tu caso y no creo que sea ninguno’. Y seguimos trabajando, siguió trabajando un tiempo más y seguía viniendo”.