Susana Giménez no tiene paz y eso acaba de quedar claro con lo que le hicieron Marina Calabró y Jorge Lanata. Los periodistas revelaron algo completamente inesperado sobre la gran diva de la televisión argentina.

Todo comenzó cuando la panelista de "Lanata sin Filtro" comentó que Susana Giménez había repetido el vestido. Su jefe no dejó pasar el comentario y redobló la apuesta sobre la conductora más emblemática de Telefe. Lanata no tuvo piedad y trató, básicamente, de amarreta a la animadora, al sugerir que vive de canje siendo multimillonaria: "¿Es un homenaje a Dolce & Gabbana la foto?".

Marina Calabró contradijo a su jefe y contó algo completamente inesperado, al revelar que la diva, a diferencia de tantas figuras del mundo del espectáculo, paga todo lo que usa: "Tiene un vestido muy ajustado, está enfundada en un vestido Dolce, clásico de flores y colores, y tiene un cinturón blanco que dice Dolce & Gabbana, tamaño cartelería de la vía pública. ¡Lo peor es que lo pagó, porque Susana Giménez paga todo, ella invierte en su vestuario! Está muy bien, ¡deberían hacerlo todas las divas!".

Susana se encuentra actualmente en Punta del Este, acompañada por su hermano Patricio, cantante y actor.

Otras declaraciones de Giménez

"La escuché decir que el haber transitado el COVID la sumergió a una zona de oscuridad y de angustia muy profunda", le dijo el periodista, y la diva reconoció: "A mí me han pasado cosas espantosas en la vida, pero como el COVID, nada parecido. Es en la cabeza en donde te agarra: no solamente te come los músculos, se te cae el pelo, perdés un poco la memoria –yo muchas veces quiero decir alguna palabra rápido, y no me sale, dicen que a los seis meses vuelve todo a la normalidad–, es el terror lo que te paraliza. No sabes si vas a morir. Yo tuve pulmonía bilateral y estuve mal, muy mal. En un momento los médicos me dijeron que ya no había nada más por hacer, que ahora dependía de mí, de mi propia voluntad, que tenía que tomar mucha agua y sentarme en la cama, de otra forma, no iba a estar bien".

La diva se contagió de una empleada de su mansión. Ahora, ya repuesta, volvió a su casa, pero con todas las precauciones sanitarias.

Y agregó: "Cuando me pasaron a terapia, y estaba llena de tubos y con oxígeno, pensé que no iba a tener salida. Lloré, lloré desesperadamente. Mecha también tuvo COVID –afortunadamente con síntomas leves– pero no podía venir a verme. Todos en 'La Mary' se enfermaron, menos los perros. Lucia, que estaba en Ibiza, cuando me llamaba por teléfono me decía: 'Kika, quiero estar con vos', y yo no paraba de llorar. Estaba sensibilizada. Cuando alguien me decía algo lindo, no podía dejar de llorar, y mirá que yo jamás lloro. Nunca. Creo que la última vez que lloré fue cuando falleció mi madre. Una vez me llamó Mirtha Legrand y lloramos tanto, pero tanto, que tuvimos que cortar porque estábamos muy angustiadas. ¡Un horror!".

Susana cerró el tema con fuertes palabras: "Yo no quería morirme. Pero a pesar de que a mí no me gustó nunca tomar agua, tomé muchísima agua, como me decían los médicos. Trataba de sentarme como también me indicaban los médicos. Cuando no podía más del cansancio me volvía a acostar. Fue un martirio, estaba aterrorizada, además yo nunca pensé que podía llegar a contagiarme. ¡Como me voy a contagiar si estoy todo el día al aire libre y no tengo contacto con nadie! No salía de La Mary. Tenía las dos vacunas Pfizer, en fin, todo fue muy tremendo, pero la vida me dió una nueva oportunidad".

Fuente: Minuto AR