Corría el año 1999 y Julián Weich, conductor de Sorpresa 1/2, uno de los programas más vistos de aquella época, que le cumplía los deseos y sueños a personas que no pertenecían al medio, anunciaba que su producción había hecho un despliegue poco antes visto en la televisión.

Durante el transcurso de aquel programa, que salió al aire el domingo 12 de septiembre y promedió 22,5 de rating en El Trece, Julián le contó a los televidentes que iban a cortar la Avenida 9 de julio, a la altura del Obelisco -con todo lo que eso representa en términos organizativos- para cumplirle el sueño a un hombre que no veía a sus amigos desde hacía más de 30 años.

Así es como en pleno centro porteño, y gracias a una súper producción viable sólo para la televisión de la década del 90', alfombraron de verde un tramo de la Avenida 9 de Julio para simular una cancha de fútbol.

Y hasta allí se acercó Weich para sorprender a Falucho, el protagonista antagónico de este sueño televisivo incumplido. 

Julián Weich, en la época de "Sorpresa y 1/2". Archivo.

Fue Noemí, la mujer de Falucho, quien se comunicó con la producción de Sorpresa y 1/2 para contar la historia de su marido, quien en las vísperas de su cumpleaños número 50 tenía la ilusión de reencontrarse con sus amigos de la infancia, con quienes no tenía contacto desde la adolescencia.

La idea o el plan original era que Falucho pudiera jugar un picadito con sus amigos y después había prevista una cena para todos.

Así es como convocaron a dos equipos, por un lado Juventud Unida y por el otro Acherenza, los clubes de la infancia de Falucho, para hacer este partido que fue vendido desde las 20, horario de comienzo del ciclo, hasta casi el final del programa, alrededor de las 22, cuando se producía generalmente la sorpresa.

Falucho, en tanto, iba a estar retenido en el bar de un hotel cercano al Obelisco, con la excusa de que tenía que esperar a un familiar de su mujer. 

Captura de la Av. 9 de julio cortada para cumplirle el sueño a Falucho.

"Estamos cortando la 9 de julio. La vamos a alfombrar en cualquier momento. Falucho cumple 50 años. No sabe que va a jugar al fútbol en ese lugar, en la 9 de julio. Va a jugar con más de 30 amigos que no ve hace más de 20 años. Él está escondido en un hotel, esperando  muy cerca del Obelisco", promocionó Julián durante el ciclo, uno de los más exitosos de aquella década.

"Vamos a sorprenderlo a Falucho y van a conocer a este personaje", se entusiasmó además Weich mientras iba acercándose el momento de sorprender en vivo a este hombre, que les tenía preparado un desenlace poco común de ver en TV.

Es que en el momento cúlmine en el que Julián, personalmente, encaró a Falucho en el lobby del hotel donde estaba esperando, éste se dio cuenta que estaba siendo el protagonista de la cámara cómplice y decidió esquivar al conductor y escaparse corriendo del hotel.

Julián Weich corriendo a Falucho para avisarle que le iban a cumplir un sueño. El hombre se terminó escapando. Captura TV. Archivo.

Entonces, Julián comenzó a perseguir a Falucho y hasta lo corrió media cuadra por la calle Pellegrini para advertirle que le iban a cumplir un sueño. "Falucho, vení para acá. Falucho, pará, pará. Soy Julián pará", se lo escuchó decir agitado a Weich mientras perseguía al individuo.

"No, me voy a la mierda. No quiero", se excusó el hombre en aquel momento.

"Nos escribió tu mujer ¿No querés? Esto es insólito. Se fue", atinó a decir Julián, incrédulo al presenciar un momento único. Es que hasta ese momento ninguno se había animado a rechazar al conductor durante el exitoso ciclo, y menos en vivo para la televisión de aire, con picos altísimos de rating.

Julián Weich corriendo a Falucho para avisarle que le iban a cumplir un sueño. El hombre se terminó escapando.

Así es como el esfuerzo de la producción de cortar la 9 de julio, desviar todo el tránsito por horas y un partido en el que estaban todos, menos el homenajeado, terminó en la nada misma.

Después del episodio, Weich se dedicó a llenar los 15 minutos que quedaban de aire y a modo de cierre disparó: "Me da pena haber preparado algo tan lindo y que Falucho no lo pueda disfrutar. Puedo entender y asumir que a lo mejor es demasiada emoción".

Finalmente, la historia tuvo un cierre una semana después. Es que el domingo siguiente, Julián anunció la presencia de Falucho en el estudio.

Durante aquellos días, varios programas se habían eco del sueño incumplido y habían barajado diversos rumores sobre por qué no había querido salir en tevé. Una de las versiones, la más polémica, era que este hombre tenía una vida paralela con otra mujer y hasta que traficaba armas. Todas especulaciones insólitas, sin fundamentos. 

A raíz de diversos rumores que se dijeron sobre su sorpresiva decisión, el propio Falucho negó esas versiones y contó que había sospechado desde un principio que iba a ser víctima de una trampa o una cámara cómplice y que había huido por timidez, y por miedo a una emoción desmesurada.

El domingo que Falucho huyó, finalmente no se pudo realizar el partido en las inmediaciones al Obelisco. Pero aunque no quedó registrado ante las cámaras, el homenajeado se reunió igual a cenar con sus viejos compañeros de fútbol, cumpliendo, en efecto, el sueño.

El recuerdo de Julián Weich sobre aquel sorpresivo episodio

Ventitres años después de aquel momento televisivo, Julián Weich dialogó con Clarín y consultado por si recordaba en detalle aquel momento, aseguró: "Obvio, ¿cómo me voy a olvidar? Me acuerdo de todo. Fue inesperado. Porque había pasado que alguien no reaccionara al sueño que le estaban cumpliendo o se mostrara incrédulo, pero que se escapen no había pasado nunca". 

Weich fue uno de los conductores más populares de los 90'.

Entonces, detalló sus sensaciones sobre aquel momento inconcluso: "Mirá fue algo traumatico, pero no fue violento. Llegué despacito a la esquina del hotel y yo lo había visto, pero no personalmente. Cuando ingreso, veo que él se alejaba de mí. Ahí es lo que sale al aire yo corriendo a Falucho al grito de 'Vení'".

"Me acuerdo que un productor que medía como 2 metros me dice 'te lo traigo, no hay problema'. Yo en vivo, me doy cuenta de que no tenía sentido que Falucho esté frente a cámara si no era lo que quería. Y en realidad la idea era que la pasara bien", recordó el conductor.

Sobre qué determinación tomó en aquel momento como conductor del ciclo y ante el efecto negativo de no poder cumplir el sueño, Julián rememoró: "Le di el pase a Maby Wells, que estaba en el piso e hicimos tiempo los últimos 15 minutos del programa".

Julián Weich y Maby Wells en "Sorpresa y 1/2".

"Era 1999, en esa época no había redes, celulares... Fue una bomba su reacción. Encima, en los programas empezaron a decir que Falucho tenía doble vida, que traficaba armas. Me daba bronca que descrean de Falucho, porque cuando elegíamos a alguien para cumplirle un sueño, la producción investigaba y era porque se lo merecía, tenía buena energía, era buena persona y me daba bronca además que difamen a nuestro elegido. Los sueños nuestros eran de verdad...", justificó.

"Sin embargo, se dio el efecto contrario. Lo loco fue que le empezaron a creer más al programa y a los sueños. Porque alguno podía especular que estaban armados, pero eso fue la prueba de que era todo en vivo y su reacción le dio más credibilidad al programa del que ya tenía", recordó.

Julián Weich condujo "Sorpresa y 1/2" entre 1996 y 2002. Foto: Archivo.

Luego, Julián confesó que esa semana fue al domicilio de Falucho personalmente para averiguar qué le había sucedido: "El martes fui a su casa en Quilmes para preguntarle qué le había pasado. Fuimos sin cámara, ni nada. No lo invadimos".

Sobre el encuentro que tuvo con Falucho y la explicación que le dio, Julián destacó: "Me dijo 'siempre juré que si me hacían esa sorpresa me iba a ir'. Se prometió eso, y lo cumplió. No lo iba a permitir, pero no tenía un argumento. Era esa cosa de 'a mí no'. La cosa es que terminó viniendo al programa siguiente".

Por último, Julián contó que durante la pandemia recibió un mensaje privado de Falucho: "Me llegó hace poco un mensaje suyo. Me puso algo simple como 'Hola soy Falucho', me contó que estaba cantando tango y me dejó un gran saludo".

Fuente: Infobae