El ex juez federal Norberto Oyarbide recordó en Radio 10 cuando en 2012 estuvo cara a cara con el dictador fallecido Jorge Rafael Videla, detenido por delitos de lesa humanidad, acusado de la desaparición de ciudadanos peruanos, y tuvo dictar el traslado a la cárcel común, luego de 10 años de beneficio de prisión domiciliaria.

“Estaba bien, se veía perfecto, tenía sus años encima. Vino con pantalones muy altos, siempre con su pañuelo en su bolsillo, dispuesto” a declarar, comentó. “Me avisan que en la antesala está Videla, tenía todo ordenado y lo recibió. Me dijo que estaba siendo acompañado en los traslados por la Policía Federal y que ahora lo trasladaba el servicio penitenciaron federal y me hace pensar que usted me va a llevar a una cárcel”, contó en el programa radial de Coco Sily. "Las puertas del despacho se cerraron y nos quedamos dialogando él y yo", agregó.

“No es fácil ser juez y tener sentado a menos de un metro a Jorge Rafael Videla, sabiendo todos los hechos que le endilgaban y representaban para la historia del país esos hechos. Me dijo que ‘era fácil presumir que se acababa la prisión domiciliaria’ y le respondí ‘en efecto’”, rememoró el ex magistrado.

Oyarbide remarcó que esa declaratoria fue en respuesta a pedido de Abuelas de Plaza de Mayo para que vaya a una prisión, ya que Videla ya tenía dos cadenas perpetuas, pero poseía el beneficio de la prisión domiciliaria, a los 86 años. “La reacción fue que estalló en llano como un niño, buscó el pañuelo, me pidió disculpas y me dijo: ‘Mire doctor es el peor momento de mi vida, tengo a mi mujer en silla de ruedas, ella depende de mí, no sé cómo va a seguir mi vida, esto es absolutamente trágico’”, relató Oyarbide que le dijo el genocida en aquel entonces.

El ex juez dijo que le replicó: “No es fácil para tomar una medida de estas características”, y agregó que le respondió: “Lo que usted disponga yo lo voy a cumplir, es el único juez que puso la cara. Le pido por favor que puede ir a hasta mis casa, porque no tengo una lapicera ni un pijama”. Sin embargo, Oyarbide le contestó: “Si puedo garantizar que su vida esté intacta, lo voy a hacer, pero el servicio penitenciario me dijo que era imposible”-

El ex magistrado federal dijo que nunca le tocó “intervenir” en ningún juicio del Plan Cóndor, que esa tarea le tocó a otros jueces. “A mí me tocó el análisis de los cuidados para trasladar y cumplir con lo que pedían las Abuelas de Plaza de Mayo”, relató.

“Videla tenía cáncer de colon y estaba en prisión domiciliaria, y las Abuelas habían pedido el traslado a cárcel común, del servicio penitenciario”, describió. Y continuó: “Tuve que evaluar las instalación del hospital del servicio penitenciario, para ver si adentro se le podía brindar los servicios médicos pertinentes y cubrir el cuadro clínico del señor. Los médicos me dijeron que sí, que la unidad estaba dotada de una infraestructura y que no iba a haber problemas, y que si se complicaba la situación podía ser trasladado en helicóptero”, comentó Oyarbide .Es más, reveló que hizo varios viajes en helicóptero y que insumía unos 7 u 8 minutos.

“Si el tiempo estaba descompuesto, probamos por vía terrestre en una camioneta de a alta velocidad. Cuando tuve el esquema plenamente definido dicté la resolución y firmé el traslado a cárcel común. Y eso no lo hizo ningún juez de la Argentina. Y me mereció todas las puteadas por teléfono”, agregó, incluso amenazas.

"Me hice cargo por que tenía bajo la luz de mis ojos todas las pruebas para brindarle a ese señor todas las asistencias médicas, y ya no iba más el arresto domiciliario", concluyó.