A mediados de agosto, Eduardo Feinmann contó que se había contagiado de coronavirus, por lo que permanecería aislado recuperándose. Días después, el periodista debió ser internado debido a una complicación de su cuadro.

Tras recibir el alta, Eduardo habló con Radio Rivadavia y realizó un fuerte relato de su experiencia transitando el Covid-19 que compartieron en Los Ángeles de la Mañana. Al ser consultado sobre cómo se encuentra, Feinmann respondió: “Bien es una forma de decir. Roto, roto. Pasé un momento horrible en esa semana que estuve internado, completamente solo, tirado en una cama”.

El periodista resaltó la labora del personal de salud en ese momento tan difícil: “Con la gran ayuda obviamente de los médicos, las enfermeras, el personal de salud por el que hay que sacarse el sombrero por el laburo que hacen, tanto en hospitales públicos como privados, que es impresionante. La atención era hora a hora,era una cosa muy impresionante”.

Sobre su estado de salud actual, afirmó: “Todavía estoy reponiéndome, con muchísimo dolor de cuerpo, me está matando el dolor de cintura. No tengo explicación para eso”.

Feinmann explicó cómo fue estar internado con todos los protocolos de la pandemia: “No pude ver a nadie,nadie, más que médicos, enfermeros y personal de salud, a quienes no les vi la cara. Es una enfermedad muy tremenda, porque ni siquiera le ves la cara al médico que te atiende. Están totalmente cubiertos, con trajes de astronauta, con máscara, con barbijo, anteojos. Apenas se les ve los ojos. Es muy impersonal todo, no hay contacto físico con una persona y cando entran te ponés el barbijo para no contagiarlos. Es muy tremendo”.

“Si uno no tuviera el apoyo que tuve yo de mi familia, de mi mujer Lu, no sé cómo hubiera pasado esto. La tenía a mi mujer del otro lado del teléfono y nada más. Una voz, la de ella, y nada más.

Además, la cabeza te juega en contra. Tener el oxígeno las 24 horas del día, tener un coso de plástico enchufado en la nariz, donde sabés que si no tenés eso no respirás. Es horrible. Más cuando vos fuiste el que comunicaste lo que pasaba durante meses. Entonces, de repente uno estar en la misma cama que uno relató que otros estuvieron en esas camas es muy fuerte”, cerró Eduardo, dejando en claro el impacto que tuvo la enfermedad en su vida.

Fuente: Ciudad Magazine