Rebelión en Cambiemos: Los radicales saben que con Macri pierden y lo van dejando solo para Octubre

Hasta que la mesa chica del PRO recibió los primeros sondeos del año sobre el impacto de la recesión en la opinión pública, tanto en la Casa Rosada como en La Plata aseguraban que la decisión final sobre el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses de las nacionales sería adoptada en marzo. Pero apenas el presidente Mauricio Macri sacó su agenda del letargo veraniego, y terminó con sus casi 25 días de ausencia de la Casa Rosada, pidió ordenar el mapa interno del PRO y acelerar las decisiones pendientes. El inicio del operativo "unificación" comenzó a ejecutarse con velocidad. Pero su aplicación despertó interrogantes dentro del oficialismo sobre los verdaderos motivos que apresuraron la resolución del debate interno de mayor relevancia del macrismo: si la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal podía separar la búsqueda de su reelección del derrotero presidencial, es decir, si era posible que ambos fueran en boletas separadas.

La primera señal que concluyó con un "no" rotundo para los oídos de Vidal salió disparada hace 20 días desde la residencia vacacional de Villa La Angostura. Macri se juntó con dos de los tres gobernadores que tiene la UCR: el mendocino Alfredo Cornejo, que preside el Comité Nacional del partido, y el jujeño Gerardo Morales. Junto al alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, intentó persuadirlos para que también unifiquen sus comicios con los presidenciales. Ambos interlocutores escucharon la preocupación por la caída estrepitosa de la imagen presidencial en ambas provincias. Pidieron tiempo y se escudaron en la resistencia de Vidal para ejecutar el pedido que Macri les formulaba. Tanto Larreta como Macri anticiparon que la gobernadora bonaerense resignaría su interés para desdoblar ante los nuevos pronósticos desalentadores de la economía y una tardía recuperación de los indicadores, muy poco antes, o durante, la etapa más caliente de la campaña.

Este martes Vidal terminó de ofrendar sus intenciones de desdoblamiento en un encuentro privado con el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Apenas la noticia confirmó el derrotero político del PRO, tanto Morales como Cornejo redoblaron la apuesta e insistieron con su interés por separar sus comicios locales. En el gobierno admiten que el pedido para Jujuy es simbólico, para garantizar que el presidente unifique en todos los territorios gobernados por Cambiemos, pero Morales no oculta su preocupación por los malos números de Macri en esa provincia, donde su aceptación estaría a un paso de quedar debajo de los diez puntos. Por el lado de Mendoza, Macri tiene una imagen negativa cercana al 60%.

Ante ese tironeo, Morales evaluó públicamente que Macri "pasa por su peor momento". Cornejo, quizás más discreto por la tensión que mantiene con el líder del PRO desde hace un año, reunió este viernes a los intendentes del "Frente Cambia Mendoza". El resultado fue previsible: un respaldo unánime de los caciques territoriales al interés por desdoblar. "Le pidieron que se respete la Ley Electoral Provincial, tal como fue aprobada", informaron desde la gobernación, y que "los comicios mendocinos se realicen en junio (PASO) y en septiembre (final)". 

Los últimos índices de pobreza e indigencia en la tierra originaria del PRO no pasaron inadvertidos. Los números del tercer trimestre del año pasado arrojaron un 21%, siete puntos por encima del 13,5% registrado en 2015, cuando Macri dejó el gobierno porteño para llegar a la presidencia. Para una fuerza política que siempre relacionó las tasas de indigencia, pobreza y situación de calle, a la situación social del conurbano, esos siete puntos son una señal de alarma para Larreta y también una escena anticipatoria de la erosión que afrontará su gestión en este año electoral. Es el mismo clima que respira Vidal. Ambos asisten en silencio al escalonamiento en la aplicación de los aumentos tarifarios y deslizan, en privado, que las esquirlas todavía no llegaron por completo.

Fuente: Tiempo Argentino