EL PLAN SECRETO: Larreta jefe de Gabinete, Marcos Peña Caniller

El PRO comenzó a trazar un proyecto de hegemonía por si Mauricio Macri logra la reelección y ya habla de la sucesión del presidente tras un hipotético segundo mandato que terminaría en 2023.

La mejora de Macri en las encuestas llevó a la cúpula del PRO a pensar tanto en un eventual futuro gabinete como en el plan para que Horacio Rodríguez Larreta llegue a la presidencia, repitiendo así el modelo que impuso el partido amarillo en la Ciudad.

En más de una ocasión el Gobierno consideró la opción de llevarlo a Larreta como jefe de gabinete para reordenar el esquema de poder que lo tiene a Marcos Peña como el epicentro y más que nada para calmar a los mercados que exigían un golpe de timón. Fue el jefe de gobierno porteño quien se opuso. Pero ahora el acuerdo con Macri sería diferente porque no condiciona u decisión de pelear la presidencia en 2023.

Al mismo tiempo, significaría un enroque para premiar el "sacrificio" electoral de Diego Santilli, que aceptó acompañar nuevamente a Larreta en la fórmula porteña a sabiendas de que eso dinamitaba sus posibilidades de pelear la jefatura porteña en 2023. Como parte de ese proyecto de continuidad, Larreta llegaría a la jefatura de gabinete en la que acompañó a Macri durante sus ocho años en Buenos Aires para trabajar para su candidatura presidencial.

Quienes sostienen esta tesis señalan que, únicamente en esa clave, se entiende la fabulosa alianza que articuló Larreta de cara a las elecciones 2019, abriendo el juego y cediendo espacios a un amplio arco de fuerzas políticas –entre las que se destacan Evolución, de Martín Lousteau, la Coalición Cívica, de “Lilita" Carrió, el Partido Socialista, el ocañismo, etcétera- para imponerse en una competencia que, de todos modos, lo tendría como seguro ganador. ¿Para qué abrir el juego sin necesidad –se preguntan-, cuando en política nadie regala ni un milímetro de su poder? ¿Era necesario blindar de este modo el frente interno, si no fuese una estrategia para apuntar a un objetivo mucho mayor?

Es moneda corriente que en los corrillos de la CABA se dé casi por sentado que el sucesor de Horacio Rodríguez Larreta será Martín Lousteau. No se explicaría sino por qué razón Diego Santilli repetirá como compañero de fórmula, cuando esa postulación le impedirá presentarse él mismo como candidato a la jefatura de Gobierno en 2023. ¿Qué llevaría a Santilli a realizar semejante sacrificio, cuando podría seguir a cargo de la Seguridad de la Ciudad, esperando tranquilamente que el tiempo transcurra?

Ayer trascendieron nuevos detalles del plan que todos niegan, pero, la mayoría, cruza los dedos antes de hacerlo. Es sabido que, desde hace tiempo, los mercados y el mundillo político tiene entre ceja y ceja a Marcos Peña. La mayoría, en realidad, a excepción de Mauricio Macri, quien, incluso en los momentos más críticos, continuó enfatizando que el jefe de Gabinete era su otro yo, “sus ojos”. Cuesta creer que el presidente resignaría al cuadro en quien más confía, salvo en el caso de que desee asignarle una tarea que considera esencial: la integración de la Argentina en el mundo. 

Con el eventual desembarco de Larreta en la Jefatura de Gabinete, el acuerdo implica que Marcos Peña pasaría a ser canciller mientras que Santilli lograría la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, que tanto ansía. La última semana del jefe de gabinete demostró que se mueve como tal: estuvo en China representando el país ante las autoridades del gigante asiático y luego participó de todos los encuentros bilaterales que tuvo Macri en el G20 en Japón. Peña ya maneja la cancillería a través de Jorge Faurie y Fulvio Pompeo.

En paralelo ya se piensa en el resto del futuro gabinete. Quienes ya lo están confeccionado son el ex vicejefe de gabinete, Mario Quintana y el ex ministro de Producción, Francisco Cabrera. Quintana, candidato suplente a senador nacional por la Capital, es muy cercano a Larreta y Cabrera, es muy cercano a Macri a tal punto que tiene una oficina a metros del presidente en la Rosada. El nuevo esquema de poder incluye a Miguel Pichetto, que como anticipó este medio conforma la nueva "ala política" del PRO junto a Larreta y Rogelio Frigerio, con quienes se reunió en más de una ocasión en las últimas semanas.

Fuentes: LPO / Realpolitik