Más allá de los chequeos médicos de Alberto Fernández, las negociaciones entre dirigentes del peronismo y el massismo continuaron todo el día de ayer. “La pelota la tienen ellos, que se decidan, pero tienen que entender que la fórmula de Kicillof-Magario no se toca”, dice un dirigente del peronismo y agregó: “si hubieran venido hace dos meses podía ser, ahora no”. La razón para negarle la posibilidad de encabezar la candidatura provincial es simple: Hoy Axel Kicillof está arriba de los 30 puntos y Massa entre 6 y 8 puntos, además  que la fórmula ya fue aceptada públicamente por Alberto Fernández, Cristina Kirchner y la totalidad de los intendentes bonaerenses.

El peronismo le ofrece a Sergio Massa que compita por la candidatura presidencial en una PASO  con Alberto y Daniel Scioli, acuerdos en las listas de diputados nacionales y provinciales, y bancar los 10 municipios donde el massismo tiene jefes comunales. “Le ofrecemos más de lo que pueden aportar, por que estamos convencido de una gran coalición para gobernar después del 10 de diciembre con un país destruido y endeudado por las políticas macristas.

Mientras tanto Massa piensa y estira los tiempos. Ayer desde las usinas de Marcos Peña y Federico Salvai salieron a “operar” una supuesta reunión para ofrecerle colectora al tigrense si lleva a Vidal de candidata. Cuentan sus aliados que lo enloquecieron por celular pidiéndole explicaciones sobre esa jugada, bajo el argumento que en el Congreso del Frente Renovador fueron claros en enfrentar a Macri en las urnas. En esta situación, con la tropa bonaerense casi sublevada, Massa publicó un tuit donde desmentía un encuentro con la gobernadora.

Todo el Frente Renovador quiere en acuerdo con la fórmula Fernández-Fernández, excepto Graciela Camaño la mujer de Luis Barrionuevo y mentora de Massa.  Los empresarios amigos, a los que también escucha, estarían divididos. Algunos quieren el acuerdo y otros prefieren que siga en Alternativa Federal.

El tigrense sabe además que en el momento que estampe la firma de un acuerdo con el peronismo y el kirchnerismo, los medios hegemónicos se lanzarán con “carpetazos” para despedazarlo. Se le acabarán las mieles de Clarín y La Nación. Será el nuevo enemigo público.

Dentro de siete días se cerraran las alianzas. Son horas frenéticas para el tigrense, quien debe decidir si cumple con el pedido de sus congresales de armar una gran coalición para derrotar al macrismo o si opta por continuar en Alternativa Federal sin pena ni gloria.

El peronismo avanza en una gran coalición opositora, mientras que en Cambiemos no logran recuperarse de la jugada maestra de la ex presidenta de correrse de la escena central para colocar a un hombre de diálogo como Alberto Fernández.  Por ahora, el gobierno duda si dar colectoras al peronismo de Alternativa Federal, en ofrecerle dinero a Roberto Lavagna para que baje su candidatura presidencial que le quita votos a Macri o en ampliar o no la vicepresidencia al radicalismo. En ese mar de dudas, lo único que tiene claro Marcos Peña con el apoyo de La Nación, Clarín e Infobae es realizar campañas sucias (fake news) para ver si puede recuperar la masa de argentinos decepcionados con el macrismo.

Sergio Massa tiene siete días para decidir dónde quiere jugar. Esta vez no hay avenida del medio: o con Macri o la dupla Fernández-Fernández. 


Fuente: Info135