El escándalo crece: Ahora procuración quiere sacar a Extorsionelli de la causa de las fotocopias, pero él se niega

El escándalo de espías truchos, extorsiones y aprietes a empresarios y abogados no para de escalar más escandalosamente, valga la redundancia, pero a nivel político. Es que ahora, tras las presiones explícitas del propio Mauricio Macri para echar al juez Alejo Ramos Padilla, quien investiga la "red de espionaje ilegal" que incluye a importantes dirigentes de Cambiemos, la Procuración General busca salvar la causa de las fotocopias de los cuadernos: tantea nombres para reemplazar a Carlos Stornelli, y ante el fracaso en ese objetivo hasta le ofrece al propio ex empleado del líder PRO en Boca Juniors elegir a sus sustitutos cosa que también rechaza y prefiere atornillarse al expediente. 

Así lo reveló Ámbito Financiero en un artículo firmado por Gabriel Morini. El Procurador general interino, Eduardo Casal, quiere conseguir un reemplazante para Stornelli al frente de la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno, porque el fiscal favorito de Macri está cada vez más comprometido en el expediente que lleva adelante Ramos Padilla, a quien el Presidente quiere destituir en la Magistratura, por presunta extorsión y espionaje.

Casal habría avanzado en contactos informales con los fiscales federales Guillermo Marijuan, Eduardo Taiano y Gerardo Pollicita, todos cercanos al macrismo. ¿Qué consiguió? Negativas de todos para incorporarse a un diseño que tendría cuatro fiscales abocados a la causa “cuadernos”, continuando junto a Carlos Rívolo.

Tras la exposición de Ramos Padilla en Diputados y a la espera de la nueva citación a indagatoria a Stornelli, las negociaciones continuaron y más aceleradas. Hasta el juez Claudio Bonadio deslizó que si el fiscal debe excusarse, lo dejará partir sin demora. 

Mientras Macri opera proteger a su fiscal favorito intentando echar al juez que lo investiga, Cambiemos ensaya la vía de rescatar la causa de los cuadernos desde la justicia, pero el fracaso momentáneo desencadenó en un ultimátum al funcionario judicial citado a indagatoria el miércoles: Stornelli, acusado de utilizar espías ilegales y extorsionar empresarios, deberá elegir él mismo un fiscal de primera instancia y otro de juicio para intentar apaciguar la crisis.

Sin embargo, Stornelli resiste su alejamiento y hace lobby interno para conseguir apoyo y poder continuar al frente de la investigación. A su entorno, según el mismo diario, el fiscal le anticipó que tampoco piensa presentarse el 20 de marzo en el juzgado federal de Dolores, lo que podría derivar en que el juez Alejo Ramos Padilla lo declare en rebeldía. Si esto ocurriera, sería un nuevo avance del escándalo de proporciones que, por inédito, mantiene nerviosos a los magistrados que hoy planean una reunión urgente de fiscales, a puertas cerradas en la Asociación de Magistrados, precisamente para discutir la cuestión que perciben los impacta a todos por igual. 

La Procuración, mientras tanto, sigue ensayando una especie de casting a la búsqueda de más nombres. Los elegidos de esta segunda etapa de "scouting" son el fiscal Santiago Marquevich, de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos; Sergio Mola, recientemente nombrado como fiscal general adjunto de la Procuración; y el titular de la Fiscalía N° 1 ante los Tribunales Orales en lo Criminal Federal, Diego Luciani.

Parece ser que, por un lado, la política partidiaria, con Macri a la cabeza, busca conservar a Stornelli en la causa, peor la política judicial, con Casal al frente, ensaya el plan B de reemplazarlo para "salvar" los Cuadernos. De hecho, este fin de semana, Rívolo hizo caer el último argumento que esgrimen los defensores del fiscal que camina en la cuerda floja: dijo que el caso del falso abogado Marcelo D´Alessio no afecta la causa porque la prueba es “sólida”. Traducido: no creen necesitar al amigo de Macri, Daniel Angelici y el barrabrava Rafael Di Zeo.

Fuente:Politica Argentina