*YA NO LE IMPORTA NADA* Duran Barba más gorila que nunca

El consultor Jaime Durán Barba, asesor de Mauricio Macri, volvió a levantar polémica al asegurar que los votantes de Alberto Fernández son "arcaicos", clientelares y que quienes van a las marchas de las organizaciones sociales no saben por qué están allí. Los contrastó con los votantes de Mauricio Macri, a los que definió como tecnológicos e integrados al mundo. Sobre quienes fueron a las movilizaciones oficialistas, sostuvo que no fueron llevados por punteros sino que sabían exáctamente qué hacían allí. De esta manera, el consultor del Presidente dio un giro y volvió a su discurso previo a las elecciones primarias, luego de las que formuló algunas declaraciones con aire autocrítico. 

La columna habitual de Durán Barba en el periódico Perfil comenzó con algo que podría haber descripto al actual Gobierno, pero buscaba hablar del peronismo: "La poca experiencia en alternancia democrática difunde una visión apocalíptica de la política. Algunos sienten que si sus adversarios ganan las elecciones se acaba el mundo y por eso, cuando las ganan, creen que es necesario exterminar a la oposición", escribió. En efecto, el discurso oficialista hasta las PASO incluía la idea de que, si ganaba Alberto Fernández, se venía un "autoritarismo populista" que terminaría con la democracia y convertiría a la Argentina en Venezuela. El mismo discurso siguió siendo expresado por satélites del Gobierno tras las primarias, como quienes convocaron a la marcha de apoyo al Presidente.

Durán Barba volvió sobre la idea de la polarización: "Argentina se encuentra dividida en dos partes de tamaño similar que tienen actitudes distintas ante la vida, que se expresan también en la política. Los unos están más apegados al cambio y los otros más vinculados a la política tradicional (...) Quienes están relacionados con el mundo y la tecnología de manera inteligente se sienten mejor expresados por Macri y quienes tienen actitudes más arcaicas lo rechazan. Los unos quieren una Argentina integrada al mundo, los otros prefieren un país encerrado en sí mismo", los describió.

Pero no terminó ahí: "Por un lado está la política clientelar, que se alimenta de una pirámide de favores que alimentan el funcionamiento de un aparato. En esa visión de la política es normal distribuir casas y subsidios entre quienes son sus partidarios, manejar esos beneficios a través de organizaciones políticas afines, como es el caso de organizaciones piqueteras", aseguró Durán Barba sobre los movimientos sociales que reclaman por la emergencia alimentaria. "Existía un manejo piramidal del poder en el que los cuadros formados manejaban a gente que en muchos casos ni siquiera sabía para qué iba a una movilización, como lo comprobaron radios y canales de televisión que entrevistaron a algunos movilizados. Pasa lo mismo con las ollas populares, donde se produce un buen espectáculo y no en donde existe gente con hambre. Este no es un ataque ni una crítica, sino una descripción", se atajó Durán Barba, e insistió: "La mayoría de los que hacen piquetes y bloquean la Ciudad no saben por qué lo hacen, pero obedecen a dirigentes iluminados, que además los ayudan a satisfacer sus necesidades inmediatas".

En cambio, a quienes van a marchas oficialistas, Durán Barba los describió como personas que "quieren participar de los procesos políticos por sí mismas, sin que los lleve en un camión un puntero esclarecido". "Los que participaron de la manifestación espontánea de respaldo a Mauricio Macri hace pocas semanas fueron porque querían, sabían por qué estaban allí, defendían una visión de la política que no dependía de la convocatoria de alguna organización. No dependen de aparatos que los movilizan sino que expresan la voluntad libre de ciudadanos que participan de manera activa en la política", remedó los discursos sobre las marchas en las que participan sectores de clase baja. Sostuvo que los manifestantes oficialistas "navegan, viajan, aprenden idiomas, estudian", a diferencia de los otros.

De esa manera, Durán Barba expresó y alimentó el odio clasista que alimenta la estrategia de polarización política del macrismo.

Fuente:Página/12