El local amaneció cerrado para sorprensa del personal que había estado trabajando ahí la noche anterior. No cobraron ni los proveedores.
Durante más de 20 años el restaurante Los Maizales, antes llamado Marini, fue un clásico de Caballito y escenario de comidas familiares, reuniones multitudinarias de amigos o citas de a dos. Conseguir una mesa para un sábado a la noche era una proeza que valía la pena para poder servirse de las bandejas del buffet, paella incluida, del asador con sus chivitos en cruces y la mesa dulce.

Pero el restaurante amaneció cerrado con un candado este jueves para sorpresa del personal que llegó antes de las 8 a cumplir con el turno mañana, y para los que habían estado trabajando en el local la noche anterior y se enteraron por la cadena de llamados que armaron entre sus compañeros.

"Los proveedores llegaban a cobrar mercadería y se encontraban con lo mismo", comentó a minutouno.comJulieta, una ex empleada de Los Maizales que prefirió no dar su nombre real porque tiene pendiente una batalla legal con la empresa para que la indemnicen como corresponde.

Dos de los dueños de Los Maizales y el subgerente del local se presentaron en el restaurante de José María Moreno 333 custodiados por cuatro efectivos de una empresa privada de seguridad. En esas condiciones, uno de los propietarios recibió de a uno a los 80 empleados para ofrecerles unas indemnizaciones paupérrimas.

A Julieta, que trabajó durante siete años en Los Maizales, dos en negro, que tenía vacaciones adeudadas y francos sin pagar, le ofrecieron 30 mil pesos de indemnización cuando la cuenta de "un sueldo por año trabajado" ronda los 120 mil y su salario ya estaba por encima de los 17 mil.

"No te puedo ofrecer más, inicia las acciones legales que quieras", sentenció el dueño del restaurante, y Julieta no aceptó el trato. Fue una de cinco que lo rechazaron, junto con mozos que llevaban 20 años trabajando en el local a los que les ofrecían 90 mil pesos cuando les correspondería medio millón.

Ninguno de los empleados recibió un telegrama de despido o aviso previo y desde el sindicato que representa al personal informaron que los dueños no presentaron la quiebra, afirmó Julieta.

"Hacía tiempo se hablaba de que venía todo mal", convino la mujer, pero ni siquiera los rumores de venta la prepararon para el panorama de este jueves. "Yo no les voy a regalar siete años de mi vida, a mí no me sirven 30 mil pesos", sentenció.

Desde la empresa confirmaron a minutouno.com el cierre del restaurante pero se negaron a hacer declaraciones sobre el futuro de sus empleados. "Ya están avisados", afirmó Pablo Volpi, subgerente del local.

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Fuente: Minutouno.com