MACRI: “El Papa me tiene los h… al plato con su opción por los pobres”

En una columna escrita para el sitio www.jorgeasisdigital.com, el escritor y periodista revela los motivos del profundo odio de Macri hacia el Papa Francisco.

"De todos modos, el Presidente debería atender el comunicado explícito de La Pastoral. Comisión que deliberó en un hotel sindical de Mar del Plata. Con la presencia de La Gobernadora. “La excepción Vidal que irrita” (cliquear), junto a la señora Carolina Stanley, la Ministro del Pelo Mojado.
Aparte, el Presidente tendría que abstraerse de las interpretaciones frívolas que le acercan los principales colaboradores que inconscientemente lo hunden. A través de razonamientos express, demasiado rápidos, en forma de dardos para redes sociales, inútiles para interpretar una estructura con milenios de historia.
En la Argentina, precisamente, casi sin desavenencias, el colectivo clerical sigue fielmente los postulados del Papa Francisco.
Es una Iglesia que, en bloque, le responde. 


Los jesuitas son especialmente adictos a los rigores de la disciplina casi militar. Un ejército de fe cristiana que mantiene excelentes relaciones con otras confesiones. Especialmente monoteístas.
Desde Monseñor Ojea, el Presidente de la Conferencia Episcopal -de alta influencia entre los denominados “curas villeros”- hasta el encargado de la Pastoral Social, monseñor Lugones, insisten en reivindicar postulados que aluden a la creación y conservación de puestos de trabajo. Con la vocación por desterrar realmente la pobreza, en abierta coincidencia con la epopeya movilizadora del Tercer Gobierno Radical, que tiende hacia la utopía de la pobreza cero.
De manera que tendría que existir un ancho espacio de inter-relación para el entendimiento recíproco. Entre el presidente Macri -aunque ni domine la técnica de la persignación-, y los pastores que confortan y acompañan las llamadas organizaciones sociales. Y mantienen la relación más armónica con los sindicatos.
Sin embargo, desde el malentendido del poder, desde las chiquilinadas armadas desde las redes sociales, persiste la exaltación de la beligerancia que se ostenta.
Con el predominio de la frialdad que se transforma, automáticamente, en un hecho político. Que los jesuitas conocen a la perfección, ya que históricamente se caracterizaron por recurrir al instrumento de la política para modificar las claves de la sociedad agresivamente desigual.
Sin recurrir a la monotonía de los teólogos, o a los vaticanistas superiores como Sandro Magister o Sergio Rubín, o detractores frontales como Loris Zanatta.
Basta apenas con leer los amenos capítulos de “Los Jesuitas”, el libro canónico del francés Jean Lacouture, para merodear el tema que se arrastra desde 1540.
Para el Presidente, su Primer Ministro Peña, El Pibe de Oro, y sus consejeros precipitados, tampoco resulta aconsejable rozar la confrontación.


Macri torea tardíamente cuando aquel Cardenal Bergoglio ya se convierte en el Papa Francisco.
No le encuentra la vuelta para aliviar la relación. No lo entiende. Lo excede. Salvo las excepciones, como muchos de los suyos, cree que Francisco es un opositor. Un “peroncho”.

Para palpar las nalgas del cura, el Ángel Exterminador tomó también por el sendero del progresismo. Para darle luz verde al debate sobre el aborto (acaso la palabra más despreciable del diccionario).
Devaluar la figura del cura que les fastidiaba, con obstáculos, la tarea de gobernar.
“El Papa me tiene los h… al plato con su opción por los pobres”, confirma la Garganta del TGR. “Tiene que ser también el pastor de los ricos, y el pastor de la afectada clase media”.
La combinación de San Ignacio de Loyola con San Francisco de Asís desorienta a los incultos. Poder y Sensibilidad, es demasiado.
La teología del poder asociada a la solidaridad con el desposeído. Con el padecimiento políticamente organizado, que le suma el dominio absoluto de la calle."

 

Fuente: www.jorgeasisdigital.com