El presidente Alberto Fernández se sumó al pedido para que el Fondo Monetario Internacional realice una quita al capital que adeuda Argentina. Lo hizo en contestación a las declaraciones de la titular de la entidad, Kristalina Georgieva, y en respaldo a los reclamos de la vicepresidenta Cristina Fernández.

“Creo que el Fondo ha faltado a las obligaciones que fijaba su estatuto cuando estaba prestando dinero de manera compulsiva a un país que no podía devolver ese crédito de ningún modo. Todos sabían que lo hacía para financiar la fuga de divisas y tratar de contener un valor del dólar incontrolable. Si fueron capaces de eso, podrían reflexionar y tener en cuenta este otro”, opinó Fernández en una entrevista concedida al programa Secreto de Sumario, por Radio 10.

El mandatario respaldó de esa manera lo que había dicho Cristina hace unos días en su visita a Cuba. “Ahora dicen que el estatuto del Fondo prohíbe hacer quitas (de capital), pero también prohíbe que den préstamos para fugar dinero. El deudor va a respetar las normas si el acreedor también las respeta. Por lo menos, debería establecer una quita sustancial porque se hizo un préstamo por afuera de la historia del FMI, comprometiendo el 60% de su capacidad prestable del FMI y violando las obligaciones del estatuto”, había dicho la ex presidenta.

“Lo que dice Cristina es un análisis racional absolutamente válido. Cuando yo era candidato y recibí al FMI, emití un comunicado diciendo cómo habían faltado a sus obligaciones financiando la fuga de divisas, algo que está prohibido por su estatuto. Después están las normas del Fondo, sus intereses y eso ya me excede”, dijo Fernández. 

El reclamo se basa en que la mayoría de los U$S 44 mil millones que el organismo le prestó al gobierno de Mauricio Macri entre junio de 2018 y agosto de 2019 salieron del sistema financiero. De hecho, el Banco Central cuenta ahora con menos reservas internacionales de las que tenía antes de que llegara la ayuda financiera, sin que la deuda se haya reducido de manera significativa. Pese a lo que dispone el artículo VI de su convenio constitutivo, el organismo omitió las denuncias y siguió girando dinero que engrosó la deuda pública.

Claro que el rechazo del Fondo a una quita es inflexible. Georgieva lo repitió este domingo en una entrevista difundida por la cadena Bloomberg. "Entendemos la necesidad de analizar cuidadosamente la carga de la deuda. Es el trabajo del gobierno, no del FMI. Nuestra formulación legal es tal que no podemos tomar medidas que puedan ser posibles para otros sin esta gran responsabilidad global", señaló.

Lo curioso es que, de acuerdo a los rumores, la entidad aceptó que una propuesta similar sea formulada a los bonistas privados. Se estima que el gobierno propondrá una reducción de entre 15% y 20% en el capital a los acreedores, aunque difícilmente estos accedan en el marco de una relación que quedó dañada luego de que Economía postergara de manera unilateral hasta septiembre una obligación por $ 95 mil millones que vencía la semana pasada. Con relación al Fondo, se dice que la negociación que encabeza el ministro Martín Guzmán está enfocada en lograr una postergación de los pagos por tres o cuatro años.

Fuente: Tiempo Argentino