*ALERTA* Argentina está a punto de liquidar sus reservas

El nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lancunza se reunió con el equipo económico de Alberto Fernández, representado por Guillermo Nielsen y Cecilia Todesca. No trascendieron los términos del diálogo, aunque sí las temáticas abordadas: dólar, reservas, inflación, FMI, energía, combustibles y quita del IVA para los productos de la canasta básica.  

Las filtraciones de la reunión indican que el gobierno y el Frente de Todos acordaron manejarse con “prudencia”, aunque no hubo voluntad de sellar compromisos conjuntos. “La estabilidad es un bien superior”, aseguraron las partes.

Este jueves estuvo caracterizado por el enrarecimiento del clima político, a partir de las decisiones inconsultas adoptadas por el gobierno nacional. En el Consejo Federal de Inversiones se realizó una  reunión gobernadores peronistas y de otros segmentos opositores, de la que participaron Juan Manuel Urtubey (Salta) –en lo que fue su reencuentro con el resto de los mandatarios provinciales peronistas-, Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Miguel Lifschitz (Santa Fe), Carlos Verna (La Pampa), Alberto Weretilneck (Río Negro), Sergio Uñac (San Juan), Hugo Passalacqua (Misiones), Juan Manzur (Tucumán), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Mariano Arcioni (Chubut), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Lucía Corpacci (Catamarca), Sergio Casas (La Rioja), Gildo Insfrán (Formosa), Omar Gutiérrez (Neuquén) y Domingo Peppo (Chaco). También participaron el vicegobernador de Santa Cruz, Pablo González, y el ministro de Economía de Córdoba, Osvaldo Giordano.

Las discusiones tuvieron un alto voltaje crítico, que terminó expresándose en un documento demoledor frente a las medidas tomadas por el gobierno nacional de “forma inconsulta, unilateral y sin tener en cuenta de dónde saldrán los recursos”. “Nos hace compartir los costos fiscales al no disponerse con ellas las compensaciones necesarias a las provincias, generando un despojo de nuestros recursos y colocándonos en una grave situación de desfinanciamiento”. Clarito y sin filtro. 

Los gobernadores subrayan que Macri no puede “disponer inconstitucionalmente de recursos que son de las provincias”, y dejan la puerta abierta para concurrir inmediatamente a la Justicia en caso de que el gobierno nacional no realice las compensaciones correspondientes. 

El documento sostiene, además, que el recorte de recursos coparticipables que realizó el gobierno “de manera arbitraria y perjudicial” coloca a las provincias “en grave peligro” al momento de afrontar los gastos corrientes, “el cumplimiento de las obligaciones salariales" y “la prestación de servicios esenciales”. Y rematan enrostrándole a Mauricio Macri que no les corresponde pagar las consecuencias de “sus propias y malas políticas económicas y financieras, de las cuales no tenemos ninguna responsabilidad”. 

Los gobernadores aseguran que el accionar inconsulto del gobierno nacional los pone “al borde de una grave crisis, que puede empujar incluso a la toma de medidas de carácter excepcional o de emergencia”.

Pese al esfuerzo de la oposición para garantizar la gobernabilidad, las reservas argentinas se están yendo por la canaleta. En un intento de tranquilizar a los mercados y a la sociedad, el ministro Lacunza afirmó que no hay riesgo de corrida porque “el tipo de cambio está en un valor superior al de equilibrio, no tiene sentido permitir una corrida irracional, para eso están las reservas. Es responsabilidad del Banco Central y yo no me voy a meter”, aseguró. 

Pero la realidad desmiente las palabras del ministro, porque las reservas no son tantas y disminuyen a paso acelerado. Este jueves, para mantener la cotización del dólar en 57 pesos, el Banco Central y otros bancos oficiales salieron a vender divisas, por lo que las acreencias disminuyeron en 498 millones de dólares, ubicándose por debajo de los 49.000 millones. Entre el lunes posterior a las PASO y este jueves, la disminución en los activos en divisas del Central y la banca oficial cayó 7.000 millones de dólares. 

De mantenerse este ritmo de descenso, las divisas disponibles –alrededor de 13.500 millones- se agotarían en unas pocas semanas con consecuencias potenciales gravísimas. Resulta indispensable frenar la sangría, algo en lo que el gobierno nacional ha demostrado llamativa impericia en situaciones similares a lo largo de sus tres años y medio de gestión. 

Fuente:Realpolitik