La secretaría de Finanzas dependiente del Ministerio de Hacienda que maneja Nicolás Dujovne, informó que en el tercer trimestre de este año la deuda pública llegó al 95,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale a 307.656 millones de dólares.

La devaluación y el incremento del endeudamiento y la incertidumbre electoral, hicieron disminuir la confianza inversora y, además, subir el riesgo país. Todos estos números tienen olor a 2001, claro. En aquel momento, la deuda pública llegó al 53,7% y luego de la devaluación alcanzó niveles récord al 147,7% del PBI. Sólo después de la reestructuración bajó de 80%.

La preocupación en el gobierno y en el sector privado, entonces, gira en torno al default, a la cesación de pagos.

Los primeros días de noviembre un informe de la consultora privada Ecolatina, alerta sobre el tamaño de la deuda pública que, estima será a fin de año del 93% del PBI. Además, indica que al cierre del segundo trimestre de 2018, es decir, antes de la gran devaluación de fines de agosto y principios de septiembre, la deuda del Estado Nacional ya implicaba alrededor del 80% del PBI con 330.000 millones de dólares.

Es que, según explican en el informe, la gran devaluación y el rápido endeudamiento generaron un incremento superior al esperado para este 2018. "Dado que tres cuartas partes de los pasivos están nominados en moneda extranjera, y que el PBI se mide en pesos, este cociente es muy sensible a los vaivenes del dólar", detalla.

Estas estimaciones guardan una estrecha relación con lo señalado hace diez días por la agencia calificadora Fitch que bajó de “estable” a “negativa” la clasificación de la deuda soberana argentina por lo que consideraron como una economía estable y perspectivas inciertas respecto a la consolidación fiscal para los próximos años.

Desde Fitch consideran varios riesgos a partir de “la recesión económica naciente y el ciclo electoral” del año que viene. “Luego de 2019, las perspectivas de una mayor consolidación fiscal, una recuperación económica y la restauración del acceso al mercado financiero externo son inciertas y serán sensibles al resultado electoral”, destacaron. Los datos oficiales no distan mucho de tales estimaciones, este martes se conoció que la industria funciona al 61,1 por ciento de su capacidad instalada lo que registro una quinta caída consecutiva y preocupa la profundización del cuadro recesivo.

Desde Ecolatina resaltan: “El dato con mayor sentido económico no está dado por el stock total sino por la ‘deuda relevante’, es decir, aquella que incluye sólo los pasivos contraídos con el sector privado y organismos multilaterales de crédito (excluye los compromisos intrasector público)”. Es que, hasta junio, la deuda relevante superaba los 190.000 millones de dólares, trepando 7% en moneda dura respecto del primer trimestre de 2018 y saltando desde 32% del PIB hasta 45% en sólo tres meses. “La dinámica dispar entre el ratio y el stock medido en divisas responde al salto cambiario: dado que tres cuartas partes de los pasivos están nominados en moneda extranjera, y que el PIB se mide en pesos, este cociente es muy sensible a los vaivenes del dólar”, explican desde la consultora.

Así, Ecolatina supone que de conseguirse una renovación total de las Letras del Tesoro en lo que queda de 2018, la deuda pública ascendería a 93% del PIB hacia el cierre de 2018, y la deuda relevante permanecería en torno al 60%, “pese a que el nivel de endeudamiento se estabilizaría a fin de año, lo haría muy por encima del promedio de Sudamérica (45%)”.

Para la consultora, "teniendo en cuenta el carácter incierto que revisten las elecciones presidenciales del 2019, tiene sentido esperar una mayor dolarización de carteras en la previa a los comicios". 



Fuente: Infocielo