Más de treinta alumnos de la escuela pública Francisco de Vitoria de Villa Crespo se intoxicaron ayer después de almorzar pizza presuntamente en mal estado. Los chicos pasaron la tarde en observación en las guardias de los hospitales Durand y Fernández. Sus padres se venían quejando de la calidad de la comida y del retiro de las dos rodajas de pan que hasta el año pasado les daban para acompañar el almuerzo, pero hasta ahora no se había producido un problema que terminara con una descompostura generalizada. “Mis nenas no tienen problemas para comer y hace rato que venían protestando por lo fea que es la comida que les dan en la escuela. Cuando les daban pan por lo menos se podían hacer un sandwichito, pero ahora ni eso y encima ayer se intoxicaron”, dijo a Página/12 Sebastián La Rosa, padre de cuatro nenas que van a ese colegio. “Esto no puede volver a pasar. Mis hijas ya están fuera de peligro, pero cuando me puse a indagar me dijeron que vieron bichos en el pastel de papas esta misma semana. No entiendo cómo esto no ocurrió antes”, contó a este diario Marcela Perri, que apenas la llamaron fue al colegio y encontró a su hija en una camilla.

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Ayer a la tarde, el frente del colegio Francisco de Vitoria, que queda en Julián Alvarez 240, estaba lleno de ambulancias. No era para menos: después de almorzar, más de treinta alumnos que habían comido el almuerzo que provee el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a través de una empresa terciarizada empezaron a tener náuseas, vómitos y dolor de cabeza. Habían comido pizza. “Me llamaron del colegio a eso de las 15:30 para decirme que algunos chicos se había intoxicado . Me encontré con mi hijo en una camilla a punto de ser trasladado al Durand. Lo llevamos, le dieron el alta y me dijeron que lo tuviera a líquido el resto del día. Volví al colegio a que me dieran explicaciones, pero todavía no saben qué pasó”, dijo a este diario Marcela Perri. Y agregó: “Esto no puede volver a pasar. Hoy le empecé a preguntar en profundidad a mi hija y me dijo que esta semana vio bichos en el pastel de papas. No sé cómo esto no ocurrió antes”, agregó. Los padres se quejan también de la higiene de los utensilios y del color del agua, pero los reclamos sobre la comida pican en punta porque muchos chicos decidieron, de un tiempo a esta parte no comer en el colegio y llegan a sus casas con hambre.

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Francisco de Vitoria es una escuela de doble jornada y cuando los chicos no comen al mediodía, llegan cansados y con dolor de cabeza. Ana Baamonde, mamá de Fernando, contó que ayer “mi nene me dijo que apenas terminaron de comer, los chicos empezaron con náuseas. También me dijo que hay chicos que venían encontrando bichitos o pelos en los platos. A principio de año se comía bien, pero mi nene ya no quiere comer nada”.

A Eduardo López, titular de UTE-Ctera, la intoxicación de ayer no lo sorprende. “Están precarizando la comida, sacaron el pan y redujeron las porciones de pollo, carne, verdura y fruta. Antes había pollo ahora hay medallones. El pan lo sacaron, los chicos empujan con los dedos. Y estoy seguro de que redujeron los controles”, dijo a este diario. Natalia, mamá de Magalí, es otra de las que tuvo que trasladar a su hija al Durand. Dijo a este diario que el problema en la escuela no es nuevo. “Esto viene sucediendo hace años. La comida, el agua, los utensillos mal lavados. Estamos cansados. Yo me pregunto hasta cuándo tenemos que aguantar esto. Muchos chicos no quieren comer y vuelven a casa con dolor de cabeza por el ayuno”, dijo. Los testimonios como el suyo se multiplican y la preocupación de los padres es grande. María macarena, mamá de Amalia, cree que el problema fue la pizza. “Ella comió dos porciones. Con la primera porción no se dio cuenta, pero la segunda le pareció que tenía un gusto metálico. Espero que haya más controles porque nos dijeron que enjuagaron mal las jarras de agua. Mi hija me dice que suele ver que los vasos están mal enjuagados. Sea lo que fuere, se tiene que solucionar”.

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Para Eduardo López, situaciones como la de ayer se enmarcan en la falta de inversión en educación del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. “El presupuesto educativo en la Ciudad es de un 17 por ciento. Es decir que la Ciudad sólo invierte 17 pesos de cada cien en educación. Es el presupuesto en términos porcentuales más bajo del país porque el promedio del resto de las provincias es del 25 por ciento. Eso provoca que falten vacantes, que los salarios estén por debajo de la línea de pobreza, que en los colegios de la ciudad haya ratas, problemas de insfraestructura y problemas en los comedores escolares. Porque las partidas y los presupuestos destinados a los comedores escolares, a las viandas y a los refrigerios también se reducen y estos son los resultados”, explicó.

Fuente: Pagina 12