Tras recuperarse del coronavirus, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, comenzará una semana con agenda intensa. El lunes terminará la cuarentena y una de sus primeras actividades será recorrer el conurbano bonaerense para poner en marcha el plan de urbanización de los barrios populares, luego la incorporación a su ministerio de la Secretaría de Integración Socio Urbana. Con ella, también suma el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap).

En la semana, Arroyo aseguró que “la urbanización de los barrios populares será una tarea central” de su cartera, en medio de un contexto socioeconómico difícil por la crisis económica que dejó el gobierno de Macri y agravó la pandemia. El resultado de este combo se vio reflejado en el 40,9% de la pobreza. Según consta en el Renabap, en Argentina hay 4.416 barrios populares en los que viven unas 4 millones de personas.

Arroyo quiere empezar ya el trabajo de una Secretaría que venía de estar casi paralizada en el Ministerio de Desarrollo y Hábitat. Y en su cabeza hay un plan que consiste en tres objetivos a ejecutar en lo inmediato: urbanización, mejoramiento habitacional y lotes con servicios. Además, pondrá en funcionamiento el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), el fideicomiso que cuenta con unos 8.800 millones de pesos para poder llevar a cabo la tarea.
 

Arroyo asegura que la urbanización de este universo de barrios populares, independientemente de las condiciones en que se encuentre cada uno, es un proceso que llevará, al menos, una década y eso requiere del compromiso de toda la dirigencia política para que se convierta en una política de Estado. Por eso, aspira a urbanizar 400 barrios por año.

La urbanización a la que se refiere es la posibilidad de abrir calles, pisos de materiales y espacios públicos, la construcción de lotes con servicios básicos y el mejoramiento de viviendas (como la cocina o el baño, por ejemplo). También se analizará la tenencia de la tierra: se avanzará principalmente en aquellos donde la tierra esté en propiedad de sus habitantes, estén asentados en terrenos fiscales o permiten abrir calles con facilidad para mejorar los accesos.

En cuanto a los barrios ubicados en tierras fiscales, allí jugará un rol clave la Agencia de Administración de Bienes del Estado, que forma parte del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), que recibe parte de lo recaudado por el impuesto PAIS (dólar ahorro) y que nunca estuvo operativo. Por eso, esta semana Arroyo apunta a terminar de definir el esquema, pero según supo El Destape, está determinado que el fiduciario sea el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).

Un registro vivo

Arroyo era diputado cuando  en 2018 se aprobó la ley que declaraba de interés público el régimen de integración socio urbana de los Barrios Populares identificados en Renabap. Son 4.416 barrios los que lo componen. Ese es el dato hasta hoy y no se realizó un nuevo censo para saber qué pasó con esa cifra en estos últimos años de grave crisis. Arroyo está conforme con las herramientas que cuenta para avanzar en la urbanización, pero apela que el Renabap tiene que ser un registro permanente que vaya mutando en la medida en que se vaya urbanizando.

De ese total, alrededor de 1800 se encuentran en la provincia de Buenos Aires, donde se pondrá especial foco para la urbanización junto Rosario, Córdoba y San Miguel de Tucumán y las zonas del NEA y NOA del país, también críticas.

Articular con Potenciar Trabajo

Desde antes de que se efectivice el traspaso de la secretaria a su cartera, Arroyo ya pensaba en complementar Potenciar Trabajo, el programa que tiene como objetivo contribuir a mejorar el empleo y generar nuevas propuestas productivas, con el Renabap. Cada licitación de urbanización será local y se capacitará a la gente de barrio en el oficio de la construcción. De hecho, Arroyo quiere que las personas que conforman las cooperativas generen gran parte de la obra.

Serán los trabajadores de la economía popular y los que tienen planes sociales quienes van a ser, en gran parte, los y las que trabajen en este proceso. “El barrio se autoconstruye”, aseguran en la cartera de Arroyo promoviendo el desarrollo local. “Conseguís laburo, mejorás tu barrio y te queda un oficio, máquinas y herramientas. Es ese el circuito”, describen.

Arroyo tiene la hoja de ruta, repite que la salida de la política de social es “trabajo, ingreso de base y urbanización”. Este es un pilar central para un ministro que cultiva el diálogo (clave para trabajar en un área donde tiene que negociar constantemente con las organizaciones sociales) y que a su ardua tarea de generar herramientas para mejorar la calidad de vida de la población ahora se le suma la de urbanizar los barrios populares de Argentina.

Fuente: El Destape