Ganar la Quiniela o la Lotería no sucede muy a menudo. Sin embargo, en muchos casos, aquellos que lo logran suelen tener muchas dificultades. Esto mismo le ocurrió a un hombre que se llevó nada menos que 11 millones de dólares: creer o reventar, en pocos años perdió todo y actualmente trabaja como repartidor de carbón.

Se trata de Michael Carroll, un hombre que hasta el 2002 trabajaba como basurero en el Reino Unido. Y u buen día, tras jugar el UK Lotto (El Loto del Reino Unido), ganó un total de 9.736.101 libras esterlinas. Y desde aquel año, su vida cambió para siempre.

Pese a que estaba en pareja con Sandra Aitken, con quien esperaban un hijo, Carroll comenzó a gastar el dinero en todo tipo de cosas: se compró autos de lujo, joyas, oro, embarcaciones y mansiones; y también invirtió más de un millón de dólares en los Rangers, club de fútbol que en 2012 quedó bajo la administración de la Hacienda en Reino Unido por varias deudas. Y como si fuera poco, Michael comenzó a consumir cocaína y a tomar vodka de manera constante.

Asimismo, y de acuerdo a lo que comentó en varias oportunidades, Michael se acostó con alrededor de 4.000 mujeres. "Las mujeres se acercaban a mí y me ofrecían sexo", sostuvo, en declaraciones que reprodujo el medio inglés Daily Mirror. En tanto, solía acudir a fiestas y también solía darle dinero a familiares y amigos.

Según trascendió, Michael Carroll cometió un total de 42 delitos. Entre ellos, se destacan "una condena por nueves meses de cárcel por alteración del orden público", "una condena de 240 horas de servicios para la comunidad", "una condena por consumo de estupefacientes",  "una condena por destruir las lunas de 32 vehículos y escaparates de tiendas armado con un tirachinas y rodamientos", "la prohibición de organizar espectáculos de destrucción de coches en su jardín trasero" y "una condena por consumo de estupefacientes", entre otras.

Luego de perder toda la fortuna que había ganado en la Quiniela en 2013, Michael Carroll quedó en bancarrota. Por lo tanto ,debió salir a trabajar nuevamente. En diálogo con The Sun, el hombre sostuvo: "Mis 10 millones de libras se desvanecieron en solo diez años y no tengo una casa o un automóvil que pueda decir que es mío. Pero no estoy amargado".

Pese a que perdió el dinero, Michael sostuvo: "Estoy más feliz". Y acerca de su trabajo como repartidor de carbón, señaló: "Podría entregar 150 sacos de carbón al día. A veces me dan una propina de unas pocas libras, lo cual es bastante divertido".

A modo de conclusión, Carroll reflexionó: "En la vida no todo es dinero. Suena a una locura, pero nunca he sido más feliz que desde que regresé al trabajo". Y agregó: "Ir a la bancarrota es lo mejor que me ha pasado y, créeme, me lo pasé muy bien haciéndolo".

Fuente: El Destape