El femicidio de Silvia Saravia y el posterior suicidio de Jorge Neuss abastecerán durante un buen tiempo a la prensa devoradora de historias truculentas de celebritiesglamorosas. Neuss & Compañía fue uno de los más fieles abonados a las páginas sociales de Infoemba, siempre impecable y sonriente en todo tipo de galas. Sus grandes negocios se celebraron durante el menemismo, cuando obtuvo la concesión nada menos que del control del espectro radioeléctrico, asociado con una empresa de Francia, Thales Spectrum, y desde que Maurizio Macrì accedió al gobierno de la Capital. La concesión del espectro fue revocada por Néstor Kirchner a poco de asumir la presidencia. En 2008, Neuss consiguió que los jueces de casación Augusto Diez Ojeda y Mariano González Palazzo lo desprocesaran en la causa por defraudación a una administración pública. Pero el mismo año fracasó ante el CIADI, que rechazó la demanda por 600 millones de dólares contra la Argentina. En el momento de su última actuación pública, Neuss estaba nuevamente procesado, desde que otra sala de la Casación reabrió la causa. Pero eso ocurrió en 2014 y seis años después no se había iniciado el juicio. En diciembre de 2017, los negocios de Neuss bajo el gobierno de Maurizio Macrì y su amigo Guillermo Dietrich, fueron objeto de una nota en la segunda edición del Cohete a la Luna. Es la que aquí reproducimos.

El ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, y su esposa, Javiera Alvarez Echagüe, cumplieron un nuevo aniversario de casados. Entre quienes hicieron lo imposible por sobresalir con sus plácemes se destacó Germán Neuss, a quien le hubiera convenido mayor discreción.

Con su hermano Jorge, Germán Neuss lidera la empresa de bebidas de su apellido, que se diversificó con inversiones en los sectores inmobiliario, financiero, energético, aeronáutico, vitivinícola, tecnológico y de movilidad. Durante el gobierno de Carlos Menem su empresa Thales Spectrum recibió el control del espectro radioeléctrico en lo que fue considerado como uno de los mayores despojos a los intereses públicos, anulado por Kirchner, que recuperó ese atributo soberano.

En la causa iniciada por denuncia de la Oficina Anticorrupción se comprobó el pago por parte de Thales de coimas por 25 millones de dólares al ex presidente y a miembros de su gobierno. El juez federal Sergio Torres estimó en 671 millones de pesos la defraudación al Estado y la Sala II de la Cámara Federal lo confirmó. Además de Neuss representaba a Thales Juan Carlos Cassagne, uno de los socios del Colegio de Abogados de la City de Buenos Aires que reclama la libertad y la reivindicación de los represores condenados por crímenes de lesa humanidad y defensor de Macrì en varias causas.

Una sala ad hoc de la Cámara de Casación (Gustavo Hornos, Augusto Diez Ojeda y Mariano González Palazzo), dejó sin efecto los procesamientos y embargos en un fallo escandaloso.

La relación entre Germán Neuss y Guillermo Dietrich se forjó en sucesivas vacaciones en Punta del Este. La madre del ministro se hizo íntima de Gabriela Flores Pirán, esposa de Neuss, y Guillo comenzó a frecuentar al empresario, primero, y luego a su hijo «Georgie», quien luego de estudiar y vivir unos años en París regresó al país para atender el negocio familiar.

Hasta allí, nada reprochable: una amistad entre privados. Sin embargo, a partir de 2009, cuando Dietrich ingresó a la función pública como subsecretario de transporte del gobierno de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires, la relación con Neuss floreció, apalancada por licitaciones clave que el GCBA otorgó al empresario.

Ya no se trataba de privados: uno de ellos había saltado del otro lado del mostrador. Para colmo, Neuss ya venía con antecedentes dudosos. En 2004 perdió la concesión del yacht club de Puerto Madero por no pagar el canon y en numerosas obras de ingeniería recibió denuncias por incumplimiento de contrato.

Sin embargo, todo pasa. Con Dietrich en el GCBA, Neuss ganó diversas obras de infraestructura vial y fue por más: el millonario proyecto de techado del Parque Roca. A tres años de la adjudicación, aún hoy el trabajo no se hizo, en lo que fue un fracaso que generó acusaciones de la oposición, pedidos de informes de la Auditoría del GCBA y el desdén de todos los especialistas en urbanismo por la elección de Neuss para semejante obra.

Como no hay mal que dure cien años, Dietrich encontró un consuelo para Neuss y le otorgó a otra de sus empresas (TH Services) la explotación de la reciente y redituable Verificación Técnica Vehicular porteña (VTV). Cada auto que circula por la ciudad debe pagar poco más de 800 pesos por la oblea. La multiplicación de pesos por el parque automotor vigente arroja un resultado encantador.

Pero la decisión de ir juntos a la par no terminó con la VTV. Enamorado de las «soluciones de movilidad», tras extender el uso de las bicicletas Dietrich decidió impulsar, primero desde la ciudad y ahora en la Nación, el desembarco de los autos eléctricos. Una de las cuestiones básicas para su crecimiento es la existencia de suficientes estaciones de carga. La amistad tuvo su oportunidad. El ministro de Transporte anunció la puesta en marcha de un plan para instalar 220 puestos de recarga para vehículos eléctricos en 110 estaciones de servicio. La instalación de los puestos estará a cargo de firma QEV Argentina S.A. y demandará 13 millones de dólares. ¿Quién es el dueño de QEV? El empresario Jorge Justo Germán Neuss, «Georgie», el viejo compinche de Guillo en las noches de fin de año en el Este. ¿Y quién es el «chairman» de la empresa? Su papá Germán. Todo queda en familia.

La sociedad entre los Dietrich/Neuss está al borde de un nuevo hito, quizás el más importante hasta el momento: la concesión de la millonaria explotación de la Terminal de Ómnibus de Retiro. TH Services es uno de los cuatro oferentes en un proceso que, por los plazos transcurridos desde la apertura de los sobres (septiembre), ya debió haber tenido dictamen del Ministro.

El problema es que TH no reuniría antecedentes suficientes para pasar el filtro, y por ello Dietrich pisa el expediente y no toma la decisión de dejarlos afuera y escoger a un competidor. Esto es un secreto a voces dentro del Ministerio de Transporte y la maniobra sería tan burda que ni Clarín, que siempre trata bien a Dietrich, pudo ocultarla. En su edición del pasado 14 de diciembre, el diario relata que el proceso de selección del nuevo operador está empantanado porque, si bien hay una empresa que sería la que presentó la mejor oferta, «en Transporte mirarían con mejores ojos al otro oferente, TH Services, del grupo Neuss, que en la Ciudad obtuvo la concesión de la VTV».

Como todos los 31 de diciembre, los Dietrich y los Neuss se vestirán enteramente de blanco y alzarán sus copas frente a las playas de la Barra. Nuevos y venturosos negocios juntos figurarán entre los deseos para el 2018.

Fuente: El Cohete a la Luna