Se viven momento emotivos en «Gran Hermano» por la cercanía a Las Fiestas. En efecto, la llegada del arbolito de Navidad al programa de convivencia le puso peso a las fechas que corren y Romina tuvo una crisis a casi dos meses del comienzo del certamen de convivencia. Resulta que la exdiputada lamentó no poder estar en eventos importantes para sus hijas.

La «hermanita» le dio rienda suelta a sus sentimientos y se refugió en Julieta para hablar del tema que la aflige. «No me levanté contenta. No me olvido de que mañana es la fiesta de egresados de Mía», comentó la participante sobre el evento académico de su hija mayor entre lágrimas.

«Pensá en todo lo que pasamos, quedan dos meses. La mitad», le dijo Poggio (Julieta) tratando de conformarla. Asimismo, la exparlamentaria peronista ratificó su angustia: «Extraño mucho a mis hijas. Me levanto todas las mañanas y no doy más. En vez de tener más fuerza, en mi caso, es como que se me van terminando».

«¿Qué pensará Nina que no me ve? Mía es más grande ¿Y Feli que es chiquitita?», planteó la integrante de «Gran Hermano» angustiada. Además confesó que está preocupada por la más pequeña de sus nenas: «No se si la gordi habrá dejado el pañal y si Mía se habrá hecho señorita. Me estoy planteando todo eso, es tremendo».

Los planteos de Romina repercutieron en el «Debate» ayer a la noche en Telefe y se desató una discusión respecto a los modos de ejercer la maternidad. «Una cosa es que los extrañe y eso se lo puede bancar, pero otra cosa es no saber si tu bebé de 1 año está bien», expuso la panelista Marisa Brel y Sol Pérez salió al cruce: «A mí me parece que no se los castiga o cuestiona lo mismo a los hombres que a las mujeres».