El exministro de Defensa Oscar Aguad buscó minimizar el escándalo por el envío de municiones para apoyar el golpe de Estado, pero le salió mal y terminó debilitando el frente interno al culpar a la Gendarmería de Patricia Bullrich y desparramar responsabilidades hacia otras agencias estatales. Tanto Aguad como Bullrich están imputados por el contrabando agravado a Bolivia al igual que otros integrantes de la plana mayor del gobierno de Mauricio Macri.

“El ministerio de Defensa la única actuación que tuvo en este tema fue poner un avión para trasladar gendarmes en una acción humanitaria a Bolivia para cuidar la embajada argentina”, buscó atajarse el dirigente cordobés en una entrevista con la radio Futurock. “¿A quién le puede interesar que hayan subido municiones de goma en un avión?” se preguntó ofuscado ante las preguntas sobre el caso de impacto regional. “No creo que el país tenga en agenda lo que pasó”.

La que sí tiene en agenda lo que pasó es la justicia federal. Lo que se sabe es que en el Hércules de la Fuerza Aérea Argentina -- que partió en la medianoche del 12 de noviembre de 2019 hacia La Paz-- no sólo viajaron los integrantes del grupo Alacrán sino también 70.000 balas antitumulto que terminaron en poder de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) y de la policía local. Las 70.000 balas de goma salieron sin ser declaradas en el manifiesto de carga, según figura en la documentación que el gobierno de Alberto Fernández aportó a la justicia. Pero Aguad dijo no tener “ningún conocimiento” de que las municiones hayan salido clandestinamente, lo que es bastante elemental en un caso de contrabando como el que se investiga. Pero lo de Aguad no quedó ahí: no sólo habló de su desconocimiento, sino que dijo que la Aduana y la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) “estaban en el avión”. Hasta ahora, a diferencia de Aguad, ninguno de sus titulares fue imputado en la causa.

El summum fue cuando el exministro de Defensa terminó dejando la responsabilidad en manos de Bullrich. “Yo no tengo conocimiento. Es un problema de Gendarmería”, dijo, ofuscado, durante el reportaje. “Pretender que alguien vaya a hacer revoluciones a Bolivia con balas de goma es casi ridículo”, agregó en una línea que oscilaba entre la minimización de la colaboración con un golpe de Estado y la asignación de responsabilidades a otros de sus compañeros de Juntos por el Cambio.

Si bien Página/12 pudo saber que Aguad no se presentó en la causa en la que está imputado, sí se interesó en participar en un cónclave que convocó Bullrich a los pocos días de que estallara el escándalo por el envío de material represivo a Bolivia. La reunión, revelada por el diario La Nación, sirvió para que los funcionarios del macrismo empezaran a ponerse de acuerdo en una estrategia común, que parece que empezó a naufragar --o, al menos, a “aguarse”.

En la causa, Aguad está imputado justamente por haber aportado el Hércules para el traslado de los gendarmes y las armas. Hay algunas irregularidades que le atañen:

La Fuerza Aérea no sólo puso el avión, sino que mandó una tripulación de trece efectivos. Ellos fueron los responsables de descargar el material que terminó en poder de las fuerzas bolivianas.

Las 70.000 municiones no se declararon en el manifiesto de carga, aunque la Fuerza Aérea había recibido horas antes un fax del jefe del grupo Alacrán, Fabián Salas, advirtiendo que llevarían ese material porque era el que habitualmente utilizaban en casos como el de la embajada de Bolivia, lo que era a todas luces falso.

El mismo día que salió el avión, el entonces canciller Jorge Faurie envió una carta a Bullrich y a Aguad para pedirle que enviaran una comitiva a Bolivia. Para entonces, ya era sabido que los gendarmes viajarían, por lo que se presume que la misiva de Faurie fue una forma de darle apariencia legal a toda la maniobra.

La causa está en poder del juez Javier López Biscayart a la espera de que la Cámara en lo Penal Económico defina si él será el magistrado que continuará con la investigación. La definición estará en manos de la camarista Carolina Robiglio y podría conocerse en las próximas horas. El juez, mientras tanto, aguarda información sobre el Hércules para hacer una inspección ocular.

Fuente: Página/12