La privatización de las empresas públicas aparece otra vez como la forma de disminuir el déficit del Estado, sin contemplar los despidos que acarrearán y la caída de servicios esenciales, pero no rentables.

Lo peor de todo es el desprecio con que el ex presidente se refirió a Aerolíneas Argentinas, calificándola como “un avioncito sentimental”.

Tweet de Sergio Villone