El bebé de 18 meses asesinado en una vivienda del partido bonaerense de Berazategui, crimen por el que detuvieron a su madre y a su padrastro, murió a causa de una "septicemia traumática" y presentaba pinchazos con agujas en distintas partes del cuerpo, informaron hoy fuentes judiciales.

Por su parte, ambos acusados se negaron esta tarde a declarar ante la fiscal de la causa y seguirán presos mientras se resuelve su situación procesal.

Fuentes judiciales informaron a Télam que el resultado preliminar de la autopsia de la víctima, identificada como León Aquino, reveló en las últimas horas que sufría maltratos prácticamente desde su nacimiento, al tiempo que los médicos forenses extrajeron una aguja oxidada del cadáver.

Si bien se van a llevar a cabo una serie de peritajes complementarios a la necropsia, una hipótesis apunta a que esa aguja oxidada pudo haber provocado la infección que derivó en la septicemia.

A su vez, los médicos hallaron pinchazos de aguja en distintas partes del cuerpo y mordeduras en la zona del cuello.

Por el crimen de León permanecen detenidos su madre y su padrastro, Yésica Aquino y Roberto Fernández, respectivamente; quienes esta tarde fueron indagados por la fiscal Gabriela Mateos, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Berazategui.

Las fuentes señalaron que la fiscal le imputó a la mujer el delito de "homicidio agravado por el vínculo, premeditación, ensañamiento y alevosía"; y, en forma alternativa el de "homicidio por comisión por omisión".

Sin embargo, para el sospechoso la acusación es sólo por homicidio calificado pero sin el agravante del vínculo.

Luego de mantener una entrevista con sus respectivas defensas, ambos acusados se negaron a declarar, tras lo cual, la fiscal solicitó la conversión de la aprehensión en detención formal de los dos al Juzgado de Garantías 7, que le hizo lugar al pedido.

Por otro lado, la Justicia de Familia dispuso una medida de abrigo para los hermanos de la víctima, de entre 3 y 12 años, quienes quedaron al cuidado de una tía materna.

El bebé murió el viernes pasado en el hospital El Cruce de Florencia Varela tras permanecer internado desde el 19 de septiembre, cuando ingresó con evidentes signos de golpes, por lo que de inmediato los médicos radicaron la denuncia ante la Justicia, que dispuso la detención de su madre, quien había dicho a una hermana suya que su hijo se había ahogado con leche.

Por otro lado, el padrastro fue detenido ayer por la tarde por la Policía, en la calle Gibraltar al 200 de Pontevedra, partido de Merlo.

La pareja ahora imputada del crimen residía en la calle 162 al 2600 de Berazategui, donde sus vecinos hicieron semanas atrás una denuncia por los malos tratos que recibían el niño y sus cuatro hermanos.

Fuente: M1