La pericia lingüistica que realizó la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sobre las Fotocopias de los Cuadernos del chofer Oscar Centeno es concluyente: esos textos fueron amañados, con partes no sólo corregidas, tachadas, sobreescritas y con fragmentos en blanco para ser completados sino también con fuertes indicios de que fueron dictadas o copiadas, con cambios notables en la redacción, escritura de corrido en lugar de anotaciones de un remisero y donde el contenido tenía un objetivo definido de antemano. A lo largo del informe se deja en claro que Centeno escribió para otra persona y no para él.

El documento de 186 páginas, al que accedió El Destape, se centra en el análisis lingüístico de la escritura de Centeno, que se realizó en el marco de la causa que investiga la adulteración de los Cuadernos. Es el complemento de la pericia caligráfica que hizo la Policía Federal y es demoledora. Entre muchas definiciones y textuales, se destaca que:

  • Hay diferencias notables en la forma de escribir entre el cuaderno de 2008/2009 y los cuadernos de 2013 y 2015, los únicos 3 analizados hasta ahora en la pesquisa que hace foco en la manipulación de los anotadores.
  • "En los tres cuadernos se observan procesos de edición, de distinto orden y peso para el desarrollo del texto: agregados, supresiones, tachaduras, sobreescrituras. Estos fenómenos ponen en cuestión que el destinatario sea el mismo sujeto de la escritura, o sea, que se trate de un texto autoreferencial. El nivel de conciencia y el control sobre el contenido y la forma de los cuadernos sólo se justifican si este va dirigido a un tercero", se afirma.
  • "No es posible definir un perfil autoral uniforme de los cuadernos, porque los tres evidencian, el menos, dos tipos de intervenciones: las realizadas a posteriori y las que afectaron el proceso de escritura", se destaca.
  • Se remarca también como una particularidad la existencia de "espacios en blanco vacíos o completados posteriormente de manera forzada con palabras o frases".
  • También se registraron "préstamos de discurso ajeno" en muchos pasajes, lo que indica que a Centeno le dictaron o copió información.
  • Los peritos se encontraron con una escritura continua, realizada en pocas etapas, y no de forma diaria como sería el diario de un remisero.
  • Por otro lado, resaltaron que ya en el cuaderno 4 (período 2008/2009) hay un cambio de destinatario del texto. El relato de ese cuaderno, que en un principio parece un mero registro de viajes, a partir de septiembre de 2008 vira hasta convertirse en un texto de denuncia testimonial. Algo que se consolida en los otros dos anotadores peritados (el 7 y el 8, que abarcan los períodos 2013 y 2015).
  • Se marca que en el texto hay un mecanismo de transformación de "percepciones subjetivas en evidencias objetivas".
  • En otro pasaje se destaca el proceso de "Construcción de evidencia" a través de "la saturación informativa y el detalle excesivo" que no tiene correlación con el texto.
  • El contenido de los cuadernos, sobre todo de los del período 2013 y 2015, fue "planificado como unidad", "conforme a un plan y a un objetivo", "no un registro eventual de actividades sucesivas a lo largo del tiempo", "donde el control sobre el contenido no lo tiene el que escribe sino la fuente (sea ésta otro texto escrito o el discurso oral de un tercero)".
  • En esa línea se sostiene que los cuadernos peritados "han sido proyectados y planificados con una finalidad que va más allá de ser un registro de actividades de índole personal".
  • "Los cuadernos de 2013 y 2015 plantean desde su origen una finalidad concreta que no se condice con el formato textual elegido (parte o registro diario de actividades)".
  • Respecto al cuaderno de 2015 se señala que "la versión final del texto no fue escrita de una vez, sino que implicó un proceso de corrección posterior".
  • "Los indicadores de estadística estilográfica verifican la existencia de sujetos de la escritura diferentes o de textos intervenidos por otros sujetos de la escritura".
  • Falta de regularidad en el sistema ortográfico, lo que indica que los textos los escribieron distintas personas o que Centeno copió o le dictaron lo que escribir.
  • Otra característica es la supresión de páginas.

Esto es apenas un punteo del detallado informe comandado por la perito de la UBA María Valentina Noblía que se complementa con la pericia caligráfica que realizó la Policía Federal donde se confirmó que al menos algunas de las adulteraciones a los cuadernos las realizó el expolicía Jorge Bacigalupo, quien fue el entregador de ese material al auxiliar de fiscalía con asiento en el diario La Nación Diego Cabot. Que sean algunas las adulteraciones no es porque fueran pocas sino porque el peritaje fue limitado a una serie de palabras dentro de los mismos 3 cuadernos que evaluó la UBA. Pero ambas pericias por separado y mucho más juntas son devastadoras para toda esta farsa orquestada entre Comodoro Py, La Nación y el gobierno de Mauricio Macri.

El (aún hoy) fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadio no tenían que haberse quedado con el caso que les entregó Cabot sino enviarlo a sorteo. Pero luego, si en lugar de planificar una razzia sobre empresarios y ex funcionarios basados en su propia enemistad con el kirchnerismo hubieran mandado a peritar la supuesta prueba que les acercó Cabot toda esta maniobra hubiera terminado hace años o ni siquiera hubiera empezado. Las pericias son concluyentes: los cuadernos fueron escritos por varias personas y en las partes escritas por Centeno hay evidencia de que le dictaron o copió de algún lado.

El nodo de la pericia de la UBA, que analiza también cada cuadernos por separado, es detectar si en el texto de los cuadernos hay diferencias de sintaxis, ortografía y semántica que permitan distinguir si hubo uno o varios autores en un texto.MÁS INFO

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Persecución judicialConfirman que los cuadernos de Centeno fueron adulterados: quién los fraguóPor FRANCO MIZRAHI

En las conclusiones del informe, donde comparan los 3 cuadernos analizados (el examen no es sobre la totalidad de los cuadernos), la pericia afirma que "existe una diferencia importante entre el cuaderno del año 2008/2009 y los correspondientes a 2013 y 2015. El primero muestra cambios a lo largo del tiempo, esperables en un proceso de escritura rutinaria, realizada diariamente. Los otros dos cuadernos muestran mayor uniformidad, debido a su brevedad y también porque parecen haber sido escrito en pocas etapas (no necesariamente coincidentes con las fechas que indican las entradas)". Dice, sin embargo, que los 3 "han sido proyectados y planificados con una finalidad que va más allá de ser un registro de actividades de índole personal".

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Todo esto demuele el caso central de Cuadernos que está elevado a juicio y donde nunca se peritaron los anotadores. La investigación sobre la adulteración tramita en el juzgado a cargo de Martínez de Giorgi, en un expediente que se abrió en abril del año pasado a raíz de una denuncia del empresario Armando Loson. En esa causa se analizaron los cuadernos 4 (2008), 7 (2013) y 8 (2015).

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"Los cuadernos de 2013 y 2015 plantean desde su origen una finalidad concreta que no se condice con el formato textual elegido (parte o registro diario de actividades). La planificación previa que realiza el sujeto de la escritura en ambos textos se observa desde la manifestación inicial (el mensaje inicial) de cada uno de ellos, también en el diseño de las entradas (incluso los espacios dejados en blanco para ser completados a posteriori) y en el desarrollo continuo de la escritura", insiste el informe. Y agrega: "Si bien los tres textos (2008/2009, 2013 y 2015) comparten una configuración textual similar y refieren a temas en común, existen dos grupos de textos, en que los indicadores de estadística estilográfica verifican la existencia de sujetos de la escritura diferentes o de textos intervenidos por otros sujetos de la escritura". O sea, que hubo varias manos o bocas para construir el texto.

"En los tres cuadernos se observan procesos de edición, de distinto orden y peso para el desarrollo del texto: agregados, supresiones, tachaduras, sobreescrituras. Estos fenómenos ponen en cuestión que el destinatario sea el mismo sujeto de la escritura, o sea, que se trate de un texto autoreferencial. El nivel de conciencia y el control sobre el contenido y la forma de los cuadernos sólo se justifican si este va dirigido a un tercero", se destaca en el trabajo de la UBA.

Estas afirmaciones abren una serie de interrogantes: ¿A Centeno le pidieron que espíe? ¿Le dictaron lo que escribir? ¿Si fue así quién lo hizo? ¿Quiénes estuvieron detrás de toda esta gran maniobra político-mediático-judicial?