Para mostrar cómo impacta el recorte de coparticipación sobre su gestión, Horacio Rodríguez Larreta envió el presupuesto 2021 de CABA a la Legislatura con tres componentes: aumento de impuestos, ajuste de gastos y victimización. Lo envió dos meses más tarde de lo que marca la ley, algo por lo que también culpó al presidente Alberto Fernández. Centralmente, el presupuesto propone un fuerte ajuste de gastos en obra pública, pero también en servicios (por ejemplo, se dejaría de recolectar la basura los fines de semana). Y un incremento de impuestos: cobrarían el de sellos a las operaciones con tarjetas y también gravarían instrumentos financieros como las Leliqs. Concretamente, si se aprueba como fue redactado por el gobierno porteño, se empezará a cobrar un 1,2 por ciento de impuesto a los gastos que se hagan con tarjetas de crédito.

El gobierno de Larreta intentó por todos los medios posibles obtener una señal de la Corte de cuándo tratará la presentación que hizo (la cautelar y el pedido de fondo) contra el decreto de Alberto Fernández sobre la coparticipación porteña. Finalmente, enviaron el Presupuesto 2021, pero no pierden las esperanzas de que la Corte emita algún fallo antes de fin de año. "Es probable que algo pase, como una convocatoria a una audencia", señalaban en la sede de Parque Patricios.

En el presupuesto enviado enfatizaron que todos los recortes son culpa del gobierno nacional. De hecho, el comunicado tiene como titulo "por la quita de la Coparticipación, la Ciudad impulsa un presupuesto de contingencia con fuerte reducción del gasto público, suspensión de obras, revisión de grandes contratos y medidas transitorias". En todo momento, se insiste en que los recortes se sostendrán hasta que la Corte emita un fallo favorable y se advierte que si el Congreso aprueba la ley sobre el traspaso de fondos de la Policía porteña, incluso habrá que sumar nuevos ajustes.

Calcularon que para el año que viene CABA deja de percibir 52 mil millones de pesos por la quita en la coparticipación, respecto del aumento que les había otorgado el presidente Mauricio Macri. Y enfatizan que si se aprueba la ley nacional, la quita pasará a ser de 65 mil millones de pesos.

Por eso, apuntaron a subir impuestos. Se centran en instrumentos financieros, pero pueden tener un impacto directo en la población, entre otras cosas, con el encarecimiento del crédito. La primera medida --que deberá debatir la Legislatura-- es aplicarle el impuesto al sello a las tarjetas de crédito. Las compras con tarjeta, por lo tanto, se encarecerán. En el Ministerio de Hacienda argumentaron que otras ocho provincias ya lo hacen.

También cobrarán el impuesto de Ingresos Brutos sobre las Leliqs y sobre las operaciones de pases entre entidades financieras. Desde Hacienda sostuvieron que esto impactará "en el sector financiero, el menos perjudicado por la pandemia". Con los nuevos impuestos, planean recaudar otros 19.700 millones de pesos.

A esto se suman, los incrementos del impuesto inmobiliario-ABL --que seguirán aumentando con la inflación como lo hicieron en 2020-- y de Patentes --mismo escenario--, pero para estos impuestos prepararon un plan de facilidades para recuperar deudores morosos, que se dispararon este año muy por encima de los niveles normales. Según datos de Hacienda, hay alrededor de un 55 por ciento de mora en ABL y 62 por ciento en patentes. El plan de facilidades incluye la condonación de intereses si se paga la deuda en seis cuotas o el 50 por ciento de los intereses si se paga en 12. Es para deudas de 2019 y hasta octubre de 2020.

A los impuestos se sumó un recorte de gastos, que implica detener la obra pública en un año electoral. Entre las obras que se frenarán están algunas en los subtes, la construcción de nuevas ciclovías --pese a que comenzarán a cobrar el bicing--, el traslado de la cárcel de Devoto, la puesta en valor del Teatro Alvear, el proyecto del Parque de la Innovación en Núñez, el desarrollo del Distrito Joven en la Costanera Norte y la urbanización del predio del Mercado de Hacienda una vez que se concrete la mudanza del complejo ganadero a Cañuelas. También se dejará de comprar equipamiento policial y buscarán renegociar contratos como el de la basura --se dejaría de recolectar los fines de semana--. En total, se proponen recortar unos 32.300 millones de pesos de gastos.

El presupuesto porteño para 2021 será de 612.643,5 millones de pesos, y prevé un tipo de cambio de 102,4 pesos hacia fin de año y variación en el nivel de precios del 29 por ciento. El presupuesto mantendrá la inversión en seguridad, que representa el 16 por ciento del presupuesto, y entre Salud, Educación y Desarrollo Social alcanzan otro 51,4 por ciento.  Eso sí, aclararon que los recortes también alcanzarán a la paritaria de los estatales para el año próximo. Y destacaron que todo, pero todo es culpa del recorte de la coparticipación.

Fuente:  Pagina/12