Sin la publicidad que tuvieron el cierre de listas, la pelea con el radicalismo y las internas de Juntos por el Cambio, el PRO enfrenta cortocircuitos que tienen a sus principales figuras como protagonistas de la película. Mauricio Macri y Patricia Bullrich, fundador y presidenta del partido a nivel nacional, se comenzaron a sacar chispazos en algunas provincias por diferencias políticas a la hora de apoyar candidatos en Córdoba, La Rioja y otro capítulo en Catamarca. En el ajedrez opositor también entró Horacio Rodríguez Larreta aliado con la dirigenta del núcleo duro en Tucumán y, ambos, alejados del ex jefe de Estado. En el medio, un interrogante: ¿La ex ministra empezó a pensar en Gerardo Morales para el 2023, alejada de la postulación del jefe de Gobierno porteño? Un nuevo round entre halcones y palomas.

El PRO hoy enfrenta una diferencia de prioridades importante. Para el sector más "blando" de la oposición, la campaña debería girar en torno a la escucha y la empatía y no el debate duro de "la República", como pretende la presidenta del partido. Entienden que la ciudadanía no la está pasando bien con la pandemia y que no tiene sentido hablar, en este momento, sólo de división de poderes o el quórum en el Congreso.

En ese contexto, en La Rioja Bullrich lanzó "basta de globos, ahora tenemos que tener ideas". Un pedido orientado a la idea de ser menos frívolos, sobre todo en este contexto de pandemia, con menos cotillón y más política. Pero la frase arrojó otra lectura: el "basta de globos" es, en realidad, "basta de Marcos Peña". La presidenta del PRO no mira con buenos ojos al ex jefe de Gabinete, que sigue siendo fuente de consulta de Macri y Larreta, así como tampoco gusta de los modos de Fernando de Andreis.

Además, la premisa dejó al descubierto ciertas tensiones internas. En Córdoba Bullrich apoya la lista encabezada por Luis Juez para el Senado y Rodrigo de Loredo para Diputados mientras que Macri ya manifestó su banca explícita a la nómina de Mario Negri para la Cámara Alta y Gustavo Santos para la Baja. El ex presidente le pidió que no publicite sus preferencias o no envíe dirigentes propios a la provincia porque, en caso contrario, él se vería obligado a ir.

El pedido no fue escuchado y ya fueron Florencia Arietto y Maximiliano Guerra, dos mano derecha de la titular del partido. Con la presencia de la primera, la interna provincial se recalentó. Hasta el momento, venía tranquila, con un futuro incierto que recién terminaría de sellarse a principios de septiembre pero los emisarios de Bullrich le imprimieron picante: Arietto acusó de "tibio" a Negri y también apuntó contra Macri por apoyarlo.

La puja no termina ahí. En La Rioja, donde estuvo estos días, Bullrich se mostró "junto a nuestros candidatos Juan Amado y Luciana de León". Lo que algunos se preguntan es por qué decidió apoyar una lista que se enfrenta a la que lleva el nombre del presidente del PRO local, Julio Sahad, que quiere renovar su banca. También apuntan que "Pato" puso una candidata en la lista del espacio de Oscar Castillo en Catamarca para enfrentar a la nómina que lleva el PRO y en Jujuy apoya a los postulantes de Gerardo Morales.

Las bancas no son casuales. Varios analizan, cada vez con más fuerza, que Bullrich está tejiendo alianza con el gobernador de Jujuy con miras al 2023. Morales tiene la intención de presidir la UCR nacional a fin de año y muchas ganas de subirse a la carrera electoral del próximo año impar. Tal vez con este acercamiento pueda llegar a tener un ofrecimiento para ser el compañero de fórmula de la ex ministra de Seguridad. El larretismo asegura que los duros no podrán competir contra los nombres blandos: en principio, el de Horacio Rodríguez Larreta, lanzado hace tiempo.

En Tucumán, en tanto, el jefe de Gobierno se sumó a la danza de apoyos. Más allá de estas diferencias internas que algunos leen como una suerte de juego propio por parte de Bullrich, la dirigenta y Larreta tienen una buena relación y funcionan bien. Esto se plasmó en acompañamientos dispares en Tucumán. Ambos decidieron bancar la nómina de Gerardo Alfaromientras que Macri se inclinó por la de José Cano.

Más allá de los dimes y diretes, desde el PRO intentan bajarle el precio a los cortocircuitos actuales pero empiezan a prepararse para un segundo round, más fuerte que el de este año, entre el ala dura y el ala blanda. Una suerte de reedición de lo que fue la lucha de candidaturas entre Bullrich y María Eugenia Vidal para la diputación por la Ciudad de Buenos Aires pero a nivel presidencial.

Fuente: El Destape