En las 18 audiencias que transcurrieron del juicio por el crimen de Lucio Dupuy, el chico de 5 años asesinado en La Pampa, se exhibieron una gran cantidad de pruebas y declararon más de un centenar de testigos. Según creen los fiscales acusadores en el proceso, quedó comprobado que la víctima sufrió una serie de torturas durante largos meses y que las responsables de esos castigos, que lo llevaron a la muerte, fueron Magdalena Espósito, la madre de Lucio y su novia Abigaíl Páez. Ante el cúmulo de evidencias en su contra, ambas mujeres declararon ante el Tribunal de Santa Rosa, sin responder preguntas. Se los acusa no solo de matarlo en un largo tormento, sino también de abusar sexualmente del chico, con lesiones encontradas en la autopsia tanto históricas como recientes.

En sus alocuciones, no se refirieron en ningún momento a los abusos sexuales. No solo callaron sobre eso. Tampoco hablaron sobre a las mordidas, los golpes y las quemaduras de cigarrillos que también detectó la autopsia.

En cambio, aprovecharon su derecho a defenderse para justificarse y echar culpas.

“La verdad que nunca en mi vida viví una situación así, ni hubiera querido matarlo ni lastimarlo. Simplemente, no sé qué me pasó, me enojé porque él estaba haciendo cagadas, vivía siempre haciendo cagadas como cualquier nene, pero eso no quería decir que fuera malo o que se lo viviera cagando a palos cómo se está diciendo. No eran así las cosas. Él era un nene que tenía una vida normal y feliz”, dijo Abigaíl Páez ante los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora.

Fuente: Infobae