A tres días del inicio de la “presencialidad total” en el nivel inicial y a una semana y media de la eliminación de las burbujas reducidas y el distanciamiento en el nivel primario, ya hay un jardín y una escuela completamente aislados en la Ciudad por sospechas de coronavirus. Gremios y colectivos de familias siguen relevando casos de salas, grados, cursos y docentes que deben interrumpir sus cursadas ante la posibilidad –o la confirmación- del contagio.

Según informó el sindicato Ademys, el Jardín 4 del Distrito Escolar 17, en Devoto, quedó este miércoles completamente aislado luego de que aparecieran síntomas en el lactario y las salas de 2, 3, 4 y 5 años. “Tienen diarrea y vómitos. Desde ayer fue el aislamiento, por ser síntomas compatibles con Covid”, contó Gabriel, papá de un nene de esa institución, y aclaró que pese al aislamiento preventivo “no se descarta intoxicación por el comedor, ni algún virus gastrointestinal”. Para volver, las y los chicos con síntomas deberán hisoparse o contar con un certificado de pediatra que asegure que no tienen coronavirus. 

Ademys y el colectivo Familias por un Retorno Seguro a las Escuelas dieron cuenta también del aislamiento completo de la Escuela 6 del Distrito Escolar 11. “Uno puede continuar haciendo un registro de la cantidad de docentes y alumnos aislados y la primera conclusión es la discontinuidad del proceso educativo: insistimos en que estas son medidas pensadas en términos electorales sin importar los riesgos que se asumen”, advirtió Jorge Adaro, referente de Ademys. Y agregó: “No hay, como la gente piensa, una normalización de las clases. Es esto que estamos denunciando: clases que se interrumpen, docentes aislados en una escuela y tienen efecto sobre otras. Esto se hace más evidente cuando el Gobierno de la Ciudad decide romper las burbujas. En muchos casos las mismas situaciones hubieran generado aislamientos para menos alumnos, alumnas y docentes. La ruptura del concepto de burbuja hace que el número sea más elevado”. Lo cierto es que el protocolo no plantea la eliminación del distanciamiento, pero al determinar que la burbuja es el grado o el curso entero, ese distanciamiento se vuelve inexistente de hecho. 

Desde el ministerio que conduce Soledad Acuña confirmaron el caso de la Escuela 6 y acusaron que “una docente vacunada con las dos dosis fue a la escuela con síntomas, increíblemente. Como es una docente que está para acompañar las trayectorias de los chicos y está en contacto con todas las burbujas, los grados, desde la escuela aislaron a todos. Nos parece de todos modos una exageración en la interpretación del protocolo porque son periodos muy cortos los que están con los chicos, hay ventilación cruzada, están todos con barbijo. No deberían haber aislado a todos. Ya están hablando con la conducción”.

“Hay varias escuelas con un montón de grados aislados, más de la mitad. E impacta más la cantidad de estudiantes aislados respecto de la cantidad de positivos o sospechosos. Porque no solo va el grado completo, sino que además  hay más pibes por aula porque muchas familias habían decidido volver a la presencialidad entonces los números de aislamiento son más grandes”, señaló Pablo Francisco, de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). Agregó que ante este panorama “hay familias que de vuelta están empezando a no querer mandar a los pibes. O situaciones donde ante un caso de un estudiante que estuvo en un aula donde había un sospechoso, por las dudas esa familia no manda a las y los hermanos”. 

De acuerdo al protocolo, el “contacto de contacto” no debe aislarse. Por lo que se repite la situación de nenes y nenas aislados en sus casas, mientras que sus hermanos y hermanas siguen cursando. “Contacto de contacto no se aísla, pero las familias están empezando a definir que sí. En la mayoría de las escuelas, sobre todo en el Sur -donde faltan más vacantes- hay aulas con más de 30 chicos, ahí están codo a codo los pibes, no tienen ni 50 centímetros de distanciamiento”, cuestionó Francisco. 

Y señaló como otra irregularidad que en los comedores “hay escuelas en las que van dos o tres grados al mismo tiempo, pero el protocolo define que ahí se sigue manteniendo el criterio de burbuja por grado, entonces se aísla solo a ese grado, no a los que compartieron comedor”. El referente de UTE dijo que “otro criterio polémico es que el personal de cocina conforma una burbuja en sí, pero en verdad por la dinámica que tienen, no son burbuja, eso se rompe todo el tiempo cuando tienen que estar atendiendo a los estudiantes de cada grado. Si un trabajador de cocina llega a tener Covid se aísla al personal de cocina pero no a los estudiantes con los que interactúa”.

Reclamos

Mientras siguen las protestas de los gremios y colectivos de familias contra la presencialidad sin distanciamiento ni cuidados, UTE reclama también que las conducciones tengan acceso directo a los equipos de Epidemiología del Gobierno de la Ciudad.  Ahora deben completar un formulario ante casos sospechosos o confirmados y sólo pueden llamar a un 0800 habilitado para dudas protocolares. “Pero ahí no atiende personal de Salud sino de Educación, entonces ya pasó que dan una primera indicación y después cuando interviene el personal de Salud las indicaciones son distintas y tienen que modificar las acciones o decisiones, lo cual conlleva volver a comunicar a las familias por un aislamiento sobre la hora o dar vuelta atrás una medida”. 

En las puertas de algunas escuelas la situación se volvió gráfica: las carteleras reflejan la cantidad de burbujas aisladas y el número de estudiantes afectados en que eso se traduce. Por caso, ocho burbujas confinadas en una escuela implican 240 estudiantes confinados.  Según el registro de UTE, desde la vuelva de la presencialidad total ya hubo 412 burbujas aisladas, con 618 docentes y 9187 alumnas y alumnos afectados. Y aclaran que “el GCBA no brinda datos oficiales”.

Fuente: Tiempo Argentino